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Respuestas inmediatas

22 de abril de 2014

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No puede existir duda alguna sobre las intenciones de Occidente de aislar a Rusia, desangrarla económicamente, satanizarla por haber admitido la adhesión de Crimea; y en última instancia tratar de debilitar su credibilidad internacional.
Pero tampoco puede existir duda alguna de que, en cada momento, el presidente ruso Vladimir Putin, ha sabido mover las piezas del ajedrez político que se le impone y con audacia y principios, mantiene en alto la bandera independiente de un gran país, por demás potencia económica y militar.
Mientras el conflicto ucraniano incentivado desde Occidente se ha envuelto en su propia incertidumbre, Rusia llevó la voz cantante en las recientes negociaciones celebradas en Ginebra y, además de exigir a Estados Unidos y Europa que aparten sus manos y dejen a los ucranianos resolver sus problemas; de igual forma conminó al impuesto gobierno de Kiev para que solucione mediante negociaciones las desavenencias internas y no utilice la fuerza porque podría llevar al país a una terrible guerra civil.
A quienes en Washington y Bruselas determinaron aplicar sanciones a Rusia por el tema de Crimea, Vladimir Putin ha recordado más de una vez que Europa depende en un alto por ciento del gas ruso y Estados Unidos tiene involucradas muchas empresas en aquel territorio.
Por supuesto, con el ir y venir de amenazas y respuestas verbales no basta para determinar lo que hace falta o lo que puede resultar innecesario en esta competencia de músculos para ver quién puede más.
Putin conoce el país que dirige, sus potencialidades, y también está seguro —y muy bien— que la única opción para detener las pretensiones norteamericanas contra Moscú pasa por no dejarse imponer medidas y criterios que para nada aportan a la paz y a la convivencia de los pobladores de este mundo.
El presidente ruso sigue apostando a la fortaleza económica de su nación y no ha dudado en avanzar en tal objetivo.
Por ejemplo, en estos últimos días, mientras el interés mediático se concentra alrededor del conflicto ucraniano, Rusia se convirtió en el primer país en extraer petróleo en el Ártico, en la plataforma flotante   Prirazlómnaya, que tiene alrededor de 72 millones de toneladas de reservas.
“El proyecto influirá positivamente en el aumento de la presencia de Rusia en los mercados energéticos internacionales”, afirmó el presidente Putin, durante un puente televisivo con la plataforma ártica.
Más adelante aseguró que el proyecto operado por Gazprom, consorcio que comercializa petróleo y gas, representa el comienzo de “la explotación a gran escala de los recursos naturales del Ártico por parte de Rusia”.
Señaló, de igual forma, que pese a las extremas condiciones climatológicas de la zona, dos rompehielos transportarán crudo al continente durante casi todo el año.
Por su parte, el presidente de Gazprom, Alexéi Miller, aseguró que Prirazlómnaya garantiza, no sólo la explotación de petróleo en condiciones climatológicas extremas, sino también observa las medidas internacionales de seguridad más estrictas. “Aquí, en la plataforma, las exigencias ecológicas son ley. El proyecto descarta completamente la posibilidad de un vertido de crudo tanto durante la extracción como durante el transporte”, dijo.
En ese yacimiento, Gazprom, tiene previsto extraer 300 000 toneladas de petróleo este año y alcanzar los 6 millones de toneladas a partir de 2020. El yacimiento Prirazlómnoye fue descubierto en 1989.

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