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Respuesta solidaria e inmediata

18 de septiembre de 2014

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Un poco más de 11 millones de habitantes; casi 111 000 kilómetros cuadrados en una larga y estrecha franja sin la presencia de grandes recursos hídricos y minerales; explotada durante siglos de dominación colonial primero y neocolonial hasta 1959: esa es nuestra Cuba, la de los encantos de su paisaje y la nobleza de su población solidaria.
Es la nación que en 1960, a solo un año de su liberación, ya brindaba su primera colaboración médica internacionalista a Chile, país sudamericano afectado por un terremoto y tres años después enviaba la primera Brigada Médica a Argelia para ofrecer sus servicios por un año.
Desde entonces han transcurrido 54 años y hoy la pequeña ínsula, con más ejemplo que recursos, tiene colaboradores de la medicina en 66 países, donde 50 731 trabajadores de la salud salvan o preservan vidas y siembran solidaridad como semilla de donde nacen y crecen lazos de hermandad jamás conocidos por poblaciones enteras.
Responder de inmediato, como lo hizo nuestro país, ante el llamado internacional para enfrentar la enfermedad del ébola en África, es parte inseparable de una conducta que acompaña a los cubanos y que los ha convertido en invencibles en cuantas batallas se han enfrentado a lo largo de estas cinco décadas.
Ser ejemplo ha sido el estandarte levantado por una Revolución que inculca en sus niños y jóvenes, que la solidaridad humana es real, no solo cuando compartimos entre los nuestros lo material y lo espiritual, sino cuando damos parte de lo que tenemos —sea mucho o poco— para compartirlo con quienes no tienen nada en los lugares más apartados del mundo.
La esencia humana de la solidaridad cubana ha tenido muchos exponentes, pero vale destacar entre ellos, la llamada Operación Milagro, iniciada en el año 2004 y que ha permitido que más de       2 millones 890 000 personas hayan recuperado la visión en 35 países a los que nuestros médicos, científicos y técnicos de la salud han ofrecido esos servicios totalmente gratuitos.
Otro gran hito de esta solidaridad es la realización de un Estudio Psicosocial y Clínico Genético para evaluar la discapacidad como uno de los problemas más acuciantes en extensas poblaciones latinoamericanas y caribeñas.
El Estudio, iniciado en el 2008, permitió llegar a donde viven más de un millón 500 000 personas con discapacidad en países como Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bolivia y San Vicente y las Granadinas.
El prontuario donde solidaridad y ejemplo se han dado la mano para ayudar a otros —sean negros, blancos, indios, mestizos— y practiquen cualquier religión o creencia política, es extenso y de un gran reconocimiento internacional.
Puede recordarse cuando, en junio de 1970, un terremoto afectó a Perú; y Cuba convocó a sus hijos a donar sangre para enviar como plasma al hermano país. El primero en poner su brazo para que se le extrajera la sangre fue el Comandante en Jefe Fidel Castro, el más grande exponente de la solidaridad humana y el creador e impulsor de muchos de los programas médicos que tantas vidas han salvado en Cuba y en otros muchos países.
En Paquistán, en el 2005 otro gran terremoto causó miles de muertos y heridos y hasta esa nación asiática, viajó un contingente de médicos, enfermeros y rehabilitadores cubanos, que en las más difíciles condiciones realizó su labor.
La presencia de miles de médicos cubanos en Haití colaborando desde 1998; salvando vidas a quienes además de la gran pobreza, han sufrido devastadores terremotos que han mutilado a una parte de esa sufrida población, es otro gran ejemplo de esa solidaridad.
También lo ha sido la colaboración cubana para atender en nuestro país a miles de niños y familiares que fueron víctimas del accidente nuclear de Chernobil, en Ucrania, en 1986. Inmediatamente llegaban a Cuba los primeros 139 niños afectados y en la escalerilla del avión los recibía Fidel.
Tras el huracán Katrina que golpeó Nueva Orleans y el sur de Mississippi, Fidel Castro ofreció la ayuda de las 1 600 personas que conformaban la Brigada médica Henry Reeves, el nombre de un galeno estadounidense que luchó en la guerra de independencia de Cuba. El gobierno de los EE.UU. rechazó la posible colaboración médica cubana, en septiembre de 2005.
Muchas otras acciones anteceden a la de ahora, cuando Cuba, como la primera, alista a una brigada médica de 165 trabajadores de la salud para viajar de inmediato a Sierra Leona, país del África Occidental donde el ébola causa muertes incontables en su empobrecida población.
Cuba, con su ejemplo, convoca y responde al llamado de la solidaridad para con otros seres humanos que la necesitan.

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