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Razones para una nominación

19 de enero de 2015

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El hecho de que las Naciones Unidas hayan denominado el año 2015 como Año Internacional de los Suelos, no ha recibido toda la acogida informativa que debiera en los grandes medios de comunicación mundiales.
Sin embargo —y es un tema que pocos medios tratan— el 65% de la tierra fértil de África sufre los efectos de la degradación y por ende imposibilita el cultivo de alimentos tan necesarios para poblaciones afectadas en un gran por ciento por el hambre y la desnutrición.
No debe olvidarse por un momento que del estado de salud de los suelos dependerán las buenas cosechas.
Un informe de un grupo de especialistas africanos y europeos, divulgado por IPS, refiere que el continente africano padece la triple amenaza de la degradación de la tierra, el bajo rendimiento de la misma y el crecimiento demográfico, como factores que afectan la alimentación.
“La estabilidad política, la calidad ambiental, el hambre y la pobreza tienen la misma raíz. A largo plazo, la solución para cada uno está en la recuperación del recurso más básico de todos, la tierra”, se especifica.
Es África, a la vez, el territorio más afectado por las grandes sequías y las inundaciones, que provocan todo tipo de males y entre ellos, el de acabar con los nutrientes que necesita el suelo para su uso adecuado.
Según palabras del director general de la FAO, José Graziano da Silva, es muy necesario allanar el camino hacia un desarrollo sostenible real para todos y por todos.
Los incendios forestales y la tala indiscriminada de árboles, forman parte, entre otros factores adversos en los que interviene el hombre, para que nuestros suelos se degraden.
Al respecto la FAO ha señalado que un tercio de las superficies necesarias en todo el mundo para la producción de alimentos sufren de tales acciones y lo que es más grave, forman parte del rosario de problemas que provocan falta de alimentos y por ende hambre.
De esa forma los suelos con valores suficientes irán decreciendo y en el 2050 la tierra cultivable y productiva disponible por persona corresponderá a la cuarta parte de la que había en 1960.
Se calcula que la degradación de la tierra afecta a 180 millones de personas en África subsahariana, que pierden 68 000 millones de dólares por los cultivos que no pudieron cosechar por no contar con los requerimientos necesarios.
En Estados Unidos un grupo de investigadores concluyó que
el calentamiento global es otro factor que actúa sobre el suelo con consecuencias devastadoras.
Respecto a África se señala que el continente sufrirá un aumento en la temperatura promedio superior a la media mundial. Las lluvias anuales descenderán en la mayor parte de la región, lo que tendrá serias implicaciones para la agricultura subsahariana, de la cual el 75 por ciento es de secano.
El tema de la salud de los suelos aparece descrito en la revista National Geographic como un panorama desolador y pone el ejemplo de que ya en 1991 se había perdido una superficie mayor que Estados Unidos y Canadá juntos debido a la erosión del suelo.
Muchas son las razones por las cuales la ONU ha decidido que el 2015 sea el Año Internacional de los Suelos, y más que todo, como advertencia a los hombres y a los gobiernos para que trabajen de conjunto en poner coto a su degradación.

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