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Razones de una campaña imperial

18 de enero de 2016

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La reiteración por el presidente Evo Morales de que Bolivia seguirá creciendo y manteniendo una política independiente de la línea que quiere trazarle Estados Unidos, es una constante del gobierno de La Paz, a pesar de la intensificación de la campaña para promover el No contra la repostulación presidencial de Evo, la coordinación entre el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional a fin de promover resultados desfavorables en la economía boliviana y una guerra interna solapada con el fobjetivo de desalentar las inversiones nacionales y extranjeras
En los últimos cinco años, desde el 2011 hasta el 2015, el FMI y el BM nunca acertaron en sus proyecciones sobre el crecimiento de la economía boliviana. Sí lo hizo la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), un organismo regional dependiente de Naciones Unidas, que atinó en cuatro de cinco oportunidades.
De todas formas, Bolivia es líder en la expansión de su economía en el ámbito regional, lo cual preocupa a Washington, porque en ello se encuentra incluida la mejoría en la calidad de vida del pueblo y un bueno ejemplo de lo que deben hacer gobiernos que tengan la posibilidad de ser independientes.
Pese a la crisis mundial, que afecta también a Bolivia, todos los sectores de la actividad económica mostraron un alto crecimiento, cercano o superior al 5%, y si algo ocurre en contra este año, es responsabilidad del sector privado, parte del cual se muestra reacio a seguir aceptando a Evo, siguiendo el dictado imperialista.
Lo cierto es que el FMI ha disfrazado con halagos la animosidad contra Bolivia, por mantener posiciones independientes, como las discrepancias con el Fondo sobre el criterio de regular o no las tasas de interés que ofertan los bancos y otras entidades financieras, medida que está relacionada con las reformas previstas en la nueva Ley de Bancos.
Para el FMI las tasas del sistema financiero no deben estar controladas y, por el contrario, el mercado de créditos tiene que funcionar libremente.
Por el contrario, el Ministerio boliviano de Economía y Finanzas consideró que el Estado debe regular la economía del país y no dejarlo a expensas de la tradicional libertad de empresa que, comúnmente, abusa de los consumidores.
Dijo que el FMI “continúa con su política neoliberal de libertad de precios”, pero subrayó que desde el 2007 el Estado boliviano interviene en la regulación de los precios con buenos resultados.
“Queda claro que la tasa de interés es un precio del dinero, y los precios para nosotros, estratégicamente, tienen que ser administrados por el Estado, esa es nuestra gran discrepancia”, argumentó el Ministerio.
El FMI ha tenido que reconocer que la libertad que goza en estos momentos el pueblo plurinacional boliviano, cuyo presidente es un indio, está avalada por la cifra de que más de un millón y medio de bolivianos ha dejado la extrema pobreza desde el 2007, gracias a las políticas sociales instrumentadas por la administración de Morales.
Hasta antes del 2007, el 37% de la población en Bolivia vivía con menos de un dólar por día y ese indicador bajó en el 2009 al 26%, y se estimó extraoficialmente en 11% el pasado año.
El gobierno legisló el pago de rentas vitalicias, de entre 1 800 y 2 400 bolivianos al año, a la población mayor de 60 años, que engloba a 800 000 adultos.
Lo mismo, el pago de 200 bolivianos año per cápita a 1,6 millones de estudiantes entre el primero y octavo grado de primaria, en un resuelto intento por revertir los índices de deserción escolar en el país, donde antes del 2006 el analfabetismo y el analfabetismo funcional afectaban a 27 de cada 100 bolivianos y donde uno de cada dos bachilleres no comprendía lo que leía. Con la ayuda de Cuba, ha ido venciendo este flagelo, al igual que en el sector de la salud.
Así se comienza a evitar el ingreso de niños al ejército laboral, al tiempo que legisló rentas de hasta 1 820 bolivianos para mujeres en estado de gravidez y madres puerperales hasta que sus hijos cumplan 2 años, con lo cual la administración combate los índices de morbilidad de madres gestantes y niños hasta 5 años por enfermedades prevenibles.
Como lo que es bueno para los pueblos es malo para el Imperio, se comprenden las razones de la campaña para evitar que Evo vuelva a aspirar a la Presidencia de Bolivia.

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