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¿Qué tan seguro?

27 de mayo de 2019

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Conociendo la debilidad de un sistema en el que la economía puede dejar a un lado el continuado pisoteo de los derechos humanos, Donald Trump adelantó su campaña para tratar de reelegirse en el 2020, aprovechando, además, la fragmentación de la oposición, en la cual solo el Partido Demócrata avizora unos 30 contendientes.

Entre estos hay algunos importantes que tienen tendencia a un “socialismo” que no llega a ser ni socialdemócrata, por lo que Trump quiere aprovechar el conservadurismo de quienes acuden regularmente a votar, un 50% del electorado total.

Donald Trump enarbola los datos de empleo como su gran logro para tratar de ser reelecto, y así lo trasmite a muchos votantes que, como se ha repetido, vota por el bolsillo, pero lo cierto es que las cifras de bajo desempleo reflejan una tendencia constante desde hace casi diez años

Las empresas estadounidenses necesitan trabajadores en un momento en que la economía encadena nueve años seguidos de crecimiento. La tasa de paro en Estados Unidos bajó a 3,6%, su nivel más bajo desde 1969, y muchos analistas pronostican que descenderá aún más en los próximos meses.

El país lleva más de cien meses seguidos de aumentos en la contratación. un escenario que, combinado con una inflación baja, dibuja “una época extraordinaria”, en palabras de Jerome H. Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed), el Banco Central de EE.UU.

El banco central prevé que el desempleo continuará por debajo del 4% hasta el final del 2020, y que la inflación seguirá baja, en torno al 2%, durante ese periodo.

La última vez que el desempleo se mantuvo tan bajo durante tanto tiempo fue en los años sesenta y se disparó la inflación, algo que ni la Fed ni la mayoría de analistas creen que ocurrirá esta vez. “Me preguntaron si nuestros pronósticos son demasiado buenos para ser verdad… es una pregunta razonable”, bromeó Powell.

Aunque los republicanos perdieron el control de la Cámara de Representantes en las más recientes elecciones de medio término, el magnate presidencial cree que, con mejores cifras, no tendrá impedimento alguno en ser reelegido, contando con medios que antes lo atacaban y ahora, de una manera u otra, se hacen cómplices de una política agresiva dictada principalmente por los halcones que mantiene en el gabinete y “asesores” gusanescos como Marcos Rubio, lamentablemente de origen cubano.

Las cosas no le han salido bien a Trump con respecto a Venezuela, a cuyo pueblo trata de asfixiar con la falta de alimentos y medicinas, así como el fortalecimiento del bloqueo contra Cuba, cuestión en la que tampoco podrá triunfar.

Asimismo, tiene guerras heredadas que no ha podido terminar, sus terroristas están a punto de ser totalmente expulsados de Siria y, en un paroxismo inútil, está a punto de caer en una agresión total contra Irán, que no ha dado un paso atrás, desde que el multimillonario, como ha hecho con otras cuestiones, abandonó el acuerdo nuclear y lleva la paz mundial al borde del precipicio.

Pero esto no interesa mucho a un elector norteamericano, piensa Trump, porque ha sucedido anteriormente, aunque sus posibles opositores concuerdan en que debe cesar esa política guerrerista y mejorar internamente las condiciones de quienes tienen menos, que son muchos, en la nación más rico del mundo.

Todavía falta mucho para los cocos del 2020, se estima que Trump no tendrá rivales en su partido, si no surge un contratiempo, y sus rivales demócratas no decidirán su aspirante hasta febrero.

Por lo pronto, Joe Biden, ex vicepresienmte de Barack Obama, pretende hacerle frente. Otro de los candidatos más fuertes hasta ahora es el autodenominado socialista Bernie Sanders, senador por el estado de Vermont, que acumula apoyos entre los sectores más cercanos a la izquierda y tiene una fuerte base de apoyo entre los más jóvenes.

Hay muchos más, por lo que habrá tiempo de abordar la cuestión a medida que se acerque la hora de la elección, aún lejana, pero siempre importante en una nación como Estados Únicos.

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