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¡Qué pena Brasil!

19 de febrero de 2018

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Poco o nada dicen los grandes medios internacionales sobre la situación de los cientos de miles, quizás millones de brasileños, que de la noche a la mañana vieron interrumpidos sus sueños y esperanzas, cuando un golpe de Estado parlamentario y mediático, hizo retroceder a todo un programa que habían emprendido Lula primero y Dilma después, que les garantizaba beneficios sociales.

Pero esa es la realidad y hoy el debate, aunque tiene que ver con la situación creada por el ascenso al poder de Michel Temes, extiende sus aristas a todo un plan de la oligarquía brasileña y el poder de los grandes medios –los mismos que dieron el golpe– para evitar de todas formas que Luiz Inácio Lula da Silva pueda llegar a la presidencia en los comicios de este año.

Contra Lula se ha lanzado una verdadera jauría oligárquica y de la gran prensa, con el afán de buscar formas de poder alejarlo de la candidatura.

Para ello –y el gobierno actual es especialista en el tema–, qué mejor que inventar denuncias de corrupción que, aunque no han sido ni podrán ser comprobadas, se repiten una y otra vez y cuando se ponen en manos de una “justicia” parcializada, pueden hasta llevar a la cárcel al hombre que más apoyo popular tiene en todo el país sudamericano.

Odebrecht, es el nombre de la empresa usada para esta componenda anti Lula.

Hoy se ha comprobado que el conglomerado empresarial Odebrecht presentó documentos falsos para incriminar al ex presidente ante la justicia brasileña.

Y, tal como se titulaba una novela de esa nación presentada en Cuba, “todo vale”, se ha corroborado que esa entidad falsificó presuntas pruebas del pago de sobornos a políticos registrados en el sistema de contabilidad paralelo de la empresa conocida como Drousys.

Si faltaba algo más, algunos extractos bancarios tienen marcas de montaje o de inserciones, además de existir inconsistencias en las fechas de las transacciones y en las firmas.

De todas formas, resulta recurrente que en medio de un panorama contaminado por la corrupción, tanto en las esferas gubernamentales actuales como en empresas y ministerios del gigante sudamericano, puedan incluirse supuestas faltas de Lula, principalmente durante su época de presidente.

No fue casual –dicen los medios internacionales desde Brasilia– que el poderoso diario O´Globo, fuese el único que informó, en la edición del pasado 29 de enero de 2018, que las claves para abrir los secretos de Obedrecht, “están perdidas”.

Señalan los despachos noticiosos, que citan como informante al fiscal Carlos Fernando dos Santos Lima, que la “noticia solo salió en O´ Globo porque esa fue la deliberada elección de la fuente, es decir, uno de los jefes de la Operación Lava Jato”.

Curiosamente –dice el propio despacho de prensa–, en esta ocasión, el “grupo de trabajo” evitó comunicarse con el conjunto de los medios, ya fuese a través de un masivo encuentro con ellos, o de una activa campaña en las redes sociales.

Otro elemento que aparece en el citado reportaje, es que “que nunca se podrá tener acceso al my web day, sistema creado por Odebrecht para el registro, tanto del pago de los sobornos y coimas, como de las contribuciones legales y oficiales para campañas electorales”.

En este entramado donde se evidencia la clara intención política de alejar a Lula de toda posibilidad de volver a la Presidencia, se escenifica un debate público en el que los poderosos utilizan dinero y medios de comunicación para hacer girar la cuenta regresiva contraria al aspirante del Partido de los Trabajadores.

¡Qué pena Brasil!, verte involucrado en tanta injusticia.

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