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Promesas reiteradas

30 de enero de 2014

El último discurso del presidente norteamericano  Barack Obama conocido como Informe del año ante el Congreso, resultó una reiterada explicación respecto a sus prioridades para estos doce meses.
Conocedor de que hablaba ante un escenario bastante adverso, el mandatario dijo que estaba “ansioso por trabajar con ustedes”, pero, agregó, “Estados Unidos no para, y yo tampoco lo haré. Cuando pueda dar pasos sin necesidad de legislación para expandir las oportunidades para más familias americanas, eso es lo que haré”.
Relacionó entre las medidas ejecutivas que piensa adoptar, la de  “acelerar el crecimiento y fortalecer a la clase media”, y al respecto anunció el aumento del salario mínimo  hasta los 10 dólares, entre los trabajadores de empresas que contraten con el Gobierno federal.
El presidente calificó de “vergüenza” que en el año 2014 las mujeres sigan ganando 77 centavos por cada dólar que gana un hombre en su país e insistió en que merecen ganar “lo mismo” por hacer el mismo trabajo.
Sin embargo, no fue contemplado en la agenda el tema de la diferencia entre los ingresos familiares entre blancos y negros.
El hecho de que en Estados Unidos actualmente sean 46,5 millones el número de pobres, obligó a Obama a centrar su discurso en el tema, aunque, dio prioridad total a la clase media y no a quienes deambulan por las calles de Nueva York y otras ciudades, en busca de algo que comer.
El mandatario hizo también especial hincapié en la independencia energética y ha apostado por el gas, que según ha dicho produce “mucha menos contaminación de carbono, la causante del cambio climático”.
Sobre el tema dijo que “Estados Unidos está más cerca de la eficiencia energética de lo que lo ha estado en décadas” y anunció que se propone “poner a personal a trabajar en la construcción de estaciones de servicio que transformen más automóviles y camiones de petróleo extranjero a gas natural estadounidense”.
Volvió a prometer que el 2014 será el año del cierre de la  cárcel en la ilegal base de Guantánamo.
También advirtió al Congreso que vetará cualquier otro proyecto de sanción contra la República Islámica de Irán.
No obstante aclaró que “si los líderes de Irán no aprovechan esta oportunidad” él será “el primero en requerir la aplicación de más sanciones” y estará “listo para ejercer todas las opciones necesarias para asegurar que Irán no fabrique un arma nuclear”.
Otra de las promesas de Obama, aun pendientes de llevar adelante, es la reforma migratoria. Al respecto llamó al Congreso a aprobar dicha reforma este año, aunque ni una palabra dijo sobre la concesión de ciudadanía para los inmigrantes indocumentados.
En conclusión fue un discurso más, donde la prioridad fue la clase media norteamericana y se limitó a pedir la colaboración de los congresistas de ambos partidos para que prestaran atención a temas pendientes desde su primer mandado, como la reforma migratoria y el cierre de la cárcel en la ilegal base de Guantánamo.

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