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Prioridad necesaria

6 de septiembre de 2021

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Independientemente de su acción o inacción, los entes mundiales están informados de la necesidad de mejorar el medioambiente, combatir el cambio climático, eliminar todo lo que sea nocivo para el ser humano.

Que se haga o no depende de la voluntad política de cada gobierno o gobernanza en general, pero, lamentablemente, la mayoría de los medios oficiales responden a intereses privados que solo tienen en cuenta el costo de la participación en ese aspecto tan esencial para la vida.

En este contexto queda incluida la producción de vehículos eléctricos, lo cual mejoraría increíblemente el medioambiente, pero que muchas empresas capitalistas consideran costosos y de difícil venta.

Aquí, en Cuba, recuerdo que en la Ciudad Universitaria José Antonio Echeverría especialistas y estudiantes llegaron a montar un vehículo movido por electricidad, que unas dos veces hacía viajes de ensayo desde la CUJAE hasta el Aeropuerto Internacional José Martí, con una velocidad máxima de 80 kilómetros por hora. Ignoro qué sucedió al efecto.

En el mercado se ha estado imponiendo la República Popular China, no solo en el nacional, sino en el externo, lo cual ha molestado a algunos gobiernos europeos y el estadounidense, que temen la competitividad del país más poblado del mundo.

 

INCENTIVOS ANTICHINOS

Al priorizar la acción ambiental en los últimos años, los gobiernos europeos han desarrollado una gama de esquemas de incentivación que incluyen exenciones de impuestos y subvenciones a la compra con éxito variable en todo el continente.

Tanto para Estados Unidos como para Europa, queda por ver si la reducción de estos incentivos estimulará a los fabricantes a tomar medidas o si se quedarán atrás de sus competidores de China.

A medida que la popularidad de esos vehículos ha seguido creciendo en los mercados occidentales, el segmento parece convertirse en un importante campo de batalla para los fabricantes que buscan establecerse como líderes dentro del mercado de vehículos eléctricos.

Al menos a corto plazo, los subsidios e incentivos del gobierno continuarán apoyando las ventas de vehículos eléctricos, pero por cuánto tiempo sigue siendo una pregunta crucial para la industria.

 

DIFÍCIL COMPETIR CON CHINA

Mientras que en China los autos eléctricos son más baratos, en Estados Unidos son más caros

De acuerdo con un análisis realizado por JATO Dynamics, los autos eléctricos están en un sube y baja de precios dependiendo del mercado.

Por ejemplo, en China, el mercado más grande del mundo para vehículos eléctricos, el costo se ha reducido significativamente en casi la mitad (47%) desde el 2011, mientras que en Estados Unidos y Europa han visto un aumento en los precios de los vehículos eléctricos durante el mismo período, en un 38% y 28%, respectivamente.

En el caso de China, el éxito se debe a una serie de factores, incluida la decisión de su gobierno de invertir fuertemente en el mercado nacional desde el 2009. Hoy en día, los consumidores del gigante asiático pueden comprar un vehículo eléctrico nuevo por solo 4 300 dólares.

Por su parte, el precio promedio de un vehículo eléctrico en Estados Unidos continúa aumentando más rápido que cualquier otro mercado mundial, y ahora se sitúa en 42 000 dólares, frente a los 30 000 en el 2011.

De igual manera, los precios promedio de hoy son los más altos de Europa. En mayo del 2021, los vehículos eléctricos eran en promedio un 52% más caros que los de combustión interna en el Reino Unido y un 54% en Países Bajos.

En Alemania, el precio promedio de un vehículo eléctrico es de 46 000 dólares en comparación con los 43 000 de los vehículos de combustión interna.

Noruega es la única excepción: el precio promedio de los vehículos eléctricos es de 52 000 dólares en comparación con los 62 000 de los de combustión interna.

Hasta la fecha, los incentivos dirigidos por el gobierno han sido un factor vital que apoya a la industria automotriz para compensar la brecha de precios entre los automóviles tradicionales y los vehículos eléctricos.

Respecto a China, el compromiso con el desarrollo de vehículos eléctricos asequibles ha fortalecido el mercado hasta tal punto que su gobierno está ahora en el proceso de eliminar gradualmente los incentivos, mientras que los fabricantes en Europa y Estados Unidos continúan confiando en tales esquemas para impulsar sus ventas.

En Estados Unidos, los créditos fiscales han acelerado el crecimiento del mercado de vehículos eléctricos premium, sin ayudar a los compradores de bajos ingresos a comprar vehículos eléctricos que aún no han desarrollado una oferta verdaderamente asequible.

Así no se puede “desbancar” a China y mucho menos ayudar a la limpieza medioambiental y combatir el cambio climático.

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