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Pretextos imperiales

3 de julio de 2017

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Más que pretextos, pudiéramos calificarlo de mentiras, aunque, realmente, no hay nada por ahora que impida que el Imperio expanda su poderío militar y lleve aún más al mundo hasta el borde del abismo que significa la guerra nuclear.

De algo se vive bajo la hegemonía de quien todavía esgrime el poderío que significa Don Dinero y ello me lo recuerda par de amistades que conservo aún, que me confiesan de forma indistinta, pero aunada, de que aunque aborrecen el mundo militar y de la guerra, después de conocer qué es estar desempleado la fabricación de armamento de cualquier tipo es un pingue negocio y les ayuda a llevar una vida holgada.

No importa el presidente que esté, ni lo que diga al respecto a tal o cual cuestión acerca de disminuir el déficit estadounidense: cualquiera de sus políticas no lastimará en nada los planes del establishment financiero militar para incrementar el presupuesto bélico.

En este contento se encuentra la aclaración de planes fraguados desde hace dos años de fortalecer con armamentos y hombres la presencia estadounidense en las centenares de bases militares que tiene en el planeta, haciendo hincapié en fortalecer las del Medio Oriente y África y no disminuir ni un ápice el poderío de las que tiene enclavadas en suelos asiático y europeo.

Tal cuestión surgió nuevamente a la luz con el reciente conflicto en Catar, donde fueron en estado de alerta todo el personal de la que se considera la principal base de espionaje que tiene Estados Unidos, no solo en la zona, sino en todo el mundo.

Vulgar pretexto de la Casa Blanca para explicar el porquéexpandía sus bases militares en el Medio Oriente y África fue esgrimir que debía salir el paso a la crítica de que EE.UU. realiza una sospechosa e inefectiva ofensiva contra el Estado Islámico, Al Qaeda y otras entidades terroristas en Siria e Iraq.

Mientras miles de ataques aéreos norteamericanos y de la coalición que encabeza no mostraron resultado alguno para contener a los terroristas, bastó que el gobernó sirio pidiera ayuda a Rusia para que el EI y sus acólitos sufrieran fuertes bajas, y solo subsisten por la ayuda que, de una forma u otra, le otorgan algunos gobiernos que dicen combatirlo.

 

Un viejo plan

El plan del Pentágono retoma una vieja aspiración del mando militar de establecer o consolidar una red de enclaves castrenses no solo en las regiones antes mencionadas, sino también en el suroeste de Asia, con el consabido pretexto de facilitar la lucha contra el terrorismo.

Estas bases acogerían desde 500 hasta 5 000 efectivos, que tendrían como misión principal obtener información de inteligencia y realizar ataques aéreos.

El programa prevé ampliar la infraestructura en Djibouti y Afganistán y otros enclaves más pequeños en Níger y Camerún, y fortalecer el de la ciudad iraquí de Erbil, donde hay desplegados unos 4 000 efectivos norteamericanos.

Estos cuarteles en ultramar ya sirven como sede a las unidades de las Fuerzas de OperacionesEspecules y funcionarios de los servicios de espionaje. Según The New York Times, “las instalaciones facilitan la realización de misiones antiterroristas… y garantizan la permanencia prolongada de militares norteamericanos” en una zona considerada una de las más volátiles del mundo.

Tampoco nada de esto es nuevo, porque tras el atentado que dio muerte al embajador de Estados Unidos y otros funcionarios diplomáticos en Bengazi, Libia, en el 2012, se tomaron medidas que aceleraron al año siguiente el surgimiento de la Tarea de Fuerza Combinada Conjunta del Cuerno de África, ubicada en Campo Lemonnier, Djibouti.

Además, la Casa Blanca ordenó en ese 2013 el desplegué de unos 500 marines en la base de Rota, España, cuya misión es actuar como elemento de intervención rápida en caso de amenazas a intereses estadounidenses en toda la región.

En el 2014, unidades de la Primera Infantería del Ejército yanki, con sede en Fort Riley, Arkansas, participaron en ejercicios en más de más de 40 países, actividades incrementadas en el 2015 y que se han estado sucediendo hasta nuestros días.

Dice el diario Stars and Stripes que el Pentágono cumplimenta una propuesta de jefes militares de incrementar en 15 veces sus capacidades de espionaje en África.

Así las cosas, a EE.UU. no le hacen falta pretextos paraincrementar su poderío imperial.

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