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Presencia militar yanqui en la Amazonia

18 de mayo de 2017

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La corporación noticiosa inglesa BBC –habitualmente bien informada sobre estos temas–, lanzó la noticia de que la Operación América Unida, con la participación de los ejércitos de Brasil, Perú y Colombia, se celebrará en la llamada “triple frontera” entre esos tres países durante el próximo mes de noviembre.

Este ejercicio militar tendrá su sede central en la ciudad brasileña de Tabatinga, límite con la colombiana Leticia y la peruana Santa Rosa.

Lo más peligroso y preocupante de la maniobra radica en que a ella se ha invitado como participante a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, que de este modo lograrán su viejo sueño de plantar los pies de la Amazonia sudamericana una aspiración en la que se han empeñado los mandos militares yanquis desde hace mucho tiempo.

La BBC informó que ello es fruto de los “nuevos acuerdos” entre el ejército brasileño y el Pentágono y su propósito –según los organizadores–, es fortalecer la capacidad de respuesta rápida y de enfrentamiento a los ilícitos, lo cual puede servir de sombrilla para los más disímiles y ocultos empeños, tal como ha ocurrido en otras regiones del mundo donde la presencia de tropas y equipos de Estados Unidos han llegado a continuación para no retirarse.

Los brasileños han aclarado con antelación que no se trata del establecimiento de una base multinacional en esa encrucijada selvática pero, a su vez se habla de un ejercicio más o menos similar efectuado por la OTAN en Hungría tras el cual quedó instalada una base.

Si tenemos en cuenta la situación que el gobierno de Estados Unidos y sus socios más cercanos intentan crear en América Latina y el Caribe, cualquier movimiento en este sentido no puede sino inducir a preocupación y sospecha.

No olvidar que la vasta Amazonía tiene también fronteras con otros países como Ecuador y Venezuela y hay todo el derecho a sospechar en estos momentos acerca de los verdaderos objetivos de semejantes ejercicios, que conllevan la participación de Estados Unidos en remotos parajes y nada tienen que ver con su seguridad nacional ni con sus fronteras.

Cuando en la OEA se cocinan hoy planes intervencionistas y se interfiere sin pudor e los asuntos internos de países como Venezuela es necesario mantenerse alertas al respecto y recordar que en suelo colombiano los Estados Unidos cuentan ya con siete bases o puntos avanzados que permiten maniobrar a su aviación o trasladar fuerzas, según sea el interés.

Principios básicos del derecho internacional como la no intervención y el aliento golpista en países vecinos por razones políticas se entremezclan hoy, impulsados por el secretario general de la OEA al servicio de Washington y las oligarquías locales –como en los peores tiempos de cañoneras – de modo que la presencia militar yanqui en pleno corazón de Sudamérica no puede augurar nada bueno ni positivo para la región.

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