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Preferidos tambaleantes

3 de noviembre de 2021

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Mientras se aferra a una política de hacer prevalecer la economía sobre la salud y la vida humana en Brasil, el presidente Jair Bolsonaro ve como huyen, caen o se tambalean los ministros que ha designado sucesivamente para acompañarlo en medio de la pandemia del nuevo coronavirus y en una real puesta en escena de los moribundos en las calles, el abandono de los pacientes por el colapso de los hospitales y por falta de recursos para acceder a la atención médica, así como el desbordamiento de los cementerios.

De este indudable crimen de lesa humanidad, muchos se han hecho eco, pero hasta ahora han sido inútiles los esfuerzos para llevar ante los tribunales al indudable culpable, Jair Bolsonaro.

Lo paradójico es que tanto sacrificio de la vida humana, acompañado de la expulsión de los aborígenes de sus tierras ancestrales y la quema de una enorme extensión de la Amazonía, no han impedido que la economía se contraiga en más de un 5% y se tambalee la “torrecita” erigida con mentiras de uno de sus favoritos, el “superministro” de Economía, Paulo Guedes.

Este, para salvarse, ha hecho renunciar a otros cuatro acompañantes de la cartera y realizado esfuerzos de todo tipo para mantener ciertas cuentas dudosas en el mayor secretismo, que, como siempre ocurre, está acompañado por algún tipo de delito.

 

HECHOS

Y no son rumores:  el nombre de Guedes y del presidente del Banco Central, Roberto Campos Melo, aparecieron en los Papeles de Pandora. El ministro mantiene desde hace años una offshore en las Islas Vírgenes Británicas, un paraíso fiscal.

Cuando salió a la luz la información, se defendió diciendo que la legislación brasileña lo permite y que en su momento lo declaró todo ante Hacienda. Aun así, fue criticado por buscar formas de evadir impuestos, al mismo tiempo de pedirle a los brasileños que se aprieten el cinturón.

Pero el objetivo de ahora es abrir espacio para financiar gastos improvisados por el presidente en el último minuto, que costará alrededor de 4 000 millones de reales (más de 700 millones de dólares).

Los rumores de que Guedes —quien siempre defendió la austeridad y la responsabilidad fiscal— estaba a punto de tirar la toalla tomaron una fuerza inusitada hasta el punto de que hace unos días compareciera ante la prensa junto a Bolsonaro para intentar frenar el “ruido”, en una escenificación que varios analistas económicos calificaron de predecible.

“No presenté mi dimisión, en ningún momento presenté mi dimisión, y en ningún momento el presidente insinuó cualquier cosa semejante”, remarcó Guedes. Bolsonaro permaneció unos minutos a su lado para decir que tiene “absoluta confianza” en él. Después se levantó y se fue. Aparentemente, tema zanjado.

 

ANTECEDENTES

El abandono a Jair tuvo inicialmente la presencia de una figura que le ayudó a conquistar la presidencia y a quien nombró como titular de Justicia, Sergio Moro, muy bien entrenado por la inteligencia norteamericana durante dos años, para evitar que la izquierda regresará al poder en Brasil, al encerrar ilegalmente en prisión a Luiz Inacio Lula da Silva.

Moro abandonó a Messias –la otra parte del nombre compuesto de Bolsonaro-, al pensar que la nave de Jair se iba a pique y atemorizarse ante la posibilidad de no cumplir sus ambiciones presidenciales.

Después, la lista de titulares renunciantes o expulsados se alarga, encabezada sucesivamente por cuatro ministros de Salud a los que Jair nunca escuchó.

Sin embargo, una de las más recientes dimisiones fue la del jefe de la cartera de Educación, Abraham Weintraub, quien anunció su salida en medio de las presiones para que abandonara el gobierno, tras la divulgación de un video de una reunión ministerial en la que tilda de “vagabundos” a los miembros del Tribunal Supremo y pide su arresto. También trascendió su asistencia a una reunión de quienes piden cerrar el Congreso y la Corte.

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