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¿Porqué estimular la guerra?

25 de enero de 2022

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Una primera pregunta: ¿Por qué Estados Unidos pide a Rusia que mantenga en secreto sus respuestas sobre las garantías de seguridad  que exige Moscú, que se ha comprometido a dar esta semana? Otra interrogante: ¿Por qué, mientras se negocia en busca de la no confrontación, el Pentágono hace llegar 90 toneladas de armamentos a Ucrania, decide ampliar su presencia militar allí y comienza la evacuación del personal civil de su embajada en Kiev, tal y si se tratase de una inminente guerra?

Y una tercera: ¿A qué  se debe que los grandes medios de comunicación occidentales, inciten a la confrontación y solo hablen de guerra, por supuesto, con la etiqueta de una supuesta invasión rusa a suelo ucraniano?

En este último punto, algunos medios se referían este fin de semana a la increíble falsedad e histeria reflejada en la gran prensa  que fabrica una guerra a partir de muchas mentiras.

En tal sentido, se recuerda, que Estados Unidos y la OTAN utilizan a la Unión Europea en esas campañas y hasta ignoran las decenas de bases militares que el Pentágono tiene instaladas en ese continente y las agresiones que desde las mismas han realizado contra países cercanos.

La fabricación de supuestos para emprender guerras, derribar gobiernos y ocupar países, es una política de primer orden en las administraciones de Estados Unidos. Uno de los ejemplos más vergonzosos ocurrió cuando quien era mandatario de ese país tras el derribo de las Torres Gemelas, inventó muchas mentiras para emprender su llamada «cruzada contra el terrorismo», una de ellas, la más criminal, cuando Bush afirmó que en Irak había armas de exterminio masivo, por lo cual invadió al país, bombardeó a sus pueblos, mató y mutiló a más de un millón de civiles y luego dijo que los informes sobre tales armas estaban equivocados.

Quizás sea esa, la mayor enseñanza que deben aprender nuestros pueblos y gobiernos sobre la forma de actuar de las administraciones estadounidenses.

Cualquier mentira, amplificada por los grandes medios de comunicación a su servicio —como ocurre en estos momentos—, sería utilizada como justificación, lo mismo en Ucrania que en otros centros neurálgicos del mundo.

En relación con el tema ucraniano, la administración de Joe Biden, se muestra totalmente dubitativa y, mientras conversa con Rusia, mueve más de 90 toneladas de armamentos hacia Kiev, lo que, según el propio mandatario estadounidense, «es el primer lote de ayuda que enviará a Ucrania».

En lo interno, este domingo las autoridades de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD), revelaron que unos 120 000 militares ucranianos se pueden ver cerca de la línea de contacto, es decir, a unos 100 kilómetros del territorio de Rusia.

Las acciones desestabilizadoras en países vecinos de la Federación Rusa, como Bielorrusia y Kazajistán, forman parte del guión de Occidente y su ente militar, la OTAN.

El presidente Vladimir Putin, ha manejado con serenidad y firmeza los distintos escenarios y, en el caso de los últimos acontecimientos en Kazajistán, respondió con la urgencia y la legalidad debida al pedido del mandatario de aquel país, Kassym-Jomart Tokayev, de solicitar la presencia de militares de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) , que integran Rusia, Kazajistán, Armenia, Bielorrusia, Kirguistán y Tayikistán, para sofocar las acciones vandálicas y desestabilizadoras, que con guión occidental,  se escenificaron los primeros días del presente año.

En el caso de Bielorrusia, actualmente fuerzas militares de ese país y de Rusia, realizan ejercicios con modernos medios y como preparación contra posibles acciones como las que se orquestaron contra Ucrania, o los más recientes hechos en Kazajistán.

Además, última visita del presidente de la República Islámica de Irán a Moscú, es una expresión clara y convincente de cuán importante es la unión de países y pueblos amigos, para formar un muro de contención ante las amenazas, sanciones económicas y posibles acciones militares del enemigo común: Estados Unidos.

El mandatario iraní, Seyed Ebrahim Raisi, en su discurso ofrecido ante la Duma Estatal de Rusia (Cámara Baja del Parlamento), recordó que los deseos de dominación de Occidente  no han desaparecido, sino que sus nuevas formas están en una agenda, cuyo principal objetivo es «debilitar a los gobiernos independientes desde adentro».

Al respecto, el diario estadounidense The New York Times, asegura que los gobiernos de Rusia e Irán muestran su unidad ante las presiones de EE.UU., lazos que podrían servir como contrapeso para Occidente. Refiere que tanto la visita del mandatario persa al Kremlin, como los planes de Moscú, Teherán y Pekín para realizar maniobras militares en el Golfo Pérsico, muestran la unidad ante un adversario común.

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