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Por si acaso…

10 de enero de 2014

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Que el mundo sigue caminando al borde del abismo nuclear, fue confirmado en los primeros días del año, con la continuación de los “encontronazos” de buques de guerra norteamericanos con similares chinos en aguas cercanas a China, por supuesto.
También próximo a las fronteras rusas fueron incrementados los dispositivos nucleares estadounidenses en territorio de sus aliados, siempre incondicionales cuando se trata de amenazar a Moscú.
La perenne amenaza de agresión de un enemigo con doble discurso como Estados Unidos no coge de improviso a países continuamente amenazados, que reaccionan con estilos diferentes, pero con igual objetivo de contención y evitar el conflicto y, en última instancia, ofrecer una contundente respuesta, aunque no agradable para nadie en este mundo.
Con el fin de evitar cualquier problema mayúsculo en el Mar Oriental del Sur de China, Beijing propuso a Washington crear “un código de conducta de confianza mutua” que regule no solo la navegación, sino las maniobras militares.
Las continuas amenazas creadas por los ejercicios bélicos de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur han elevado la tensión a un estado tal que puede sobrepasar en cualquier momento la anunciada intención norteamericana de hacer disentir a la República Popular Democrática de Corea de su programa atómico y producción de artefactos nucleares, en un caso; y lograr el retroceso de China en la reclamación de islas chinas ocupadas por Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y entregadas a Japón, luego de finalizada la contienda, en el otro.
En el caso de la amenaza a Rusia es aun más complicado, porque el  tratado de Irán con seis potencias sobre el programa nuclear de Teherán, que debía llevar a una distensión, por lo menos temporal, no ha hecho retroceder el proyecto de Estados Unidos sobre el despliegue de sus misiles en Europa, bajo el falso pretexto de la amenaza atómica iraní.
Antes, el presidente ruso, Vladimir Putin, había dicho que la expresión “defensa de misiles” es engañosa, pues el sistema es parte del potencial estratégico de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Y como Estados Unidos ha confirmado que cualquier acuerdo con Irán no impedirá la continuación de su programa “defensivo” a miles de kilómetros de su territorio y próximo al territorio ruso, Moscú incrementó el despliegue de sus misiles Iskander-M a lo largo de sus fronteras con los países de la OTAN.
Pero, además, para enfrentar el Programa de Ataque Nuclear Inmediato de Estados Unidos, que prevé el desarrollo de misiles de largo alcance con ojivas nucleares, reactivó el sistema de misiles nucleares sobre rieles, de gran movilidad, al aprovechar la red nacional de ferrocarriles, lo cual le permite una mayor supervivencia que a los lanzamisiles con base en tierra. Por si acaso… .

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