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Por qué tantos presos en Estados Unidos

31 de marzo de 2016

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Pensé alguna vez que en las sociedades desarrolladas— por lógica— disminuirían y hasta desaparecerían las causas que llevan a los seres humanos a delinquir.
¡Equivocado yo!, con tal apreciación. La vida muestra, en no pocos países, que la imposición de sistemas sociales que explotan a las mayorías mientras las minorías se enriquecen, constituyen caldo de cultivo para que muchos seres humanos busquen como única forma de vida ese flagelo.
Pero, además, cuando el sistema imperante es hegemónico y pretende convertirse en modelo para los demás países; cuando impone guerras, sanciones económicas y otras medidas que también deben ser castigadas severamente por las leyes internacionales, aumentan las causas para que se delinque, ya sea por oponerse a tales medidas o simplemente por resultar sospecho por su físico al pertenecer a una raza o religión no afín con los intereses que se quieren hacer prevalecer.
¡Y qué decir cuando ese mismo país es el de mayor consumo de droga y por tanto donde mayores acciones deben emprenderse para quienes practican tan dañino vicio!
El ejemplo más evidente de esta especie de contradicción entre desarrollo y desacato, se encuentra en Estados Unidos, donde hay más de 2 millones de presos en las cárceles federales y privadas, cifra que equivale al 25% de la población penal de todo el mundo.
Según California Prison Focus, “ninguna otra sociedad en la historia humana ha encarcelado a tantos de sus propios hijos”.
¿Cómo es posible que tantos seres humanos puedan mal vivir una gran parte o toda su vida tras las rejas de miles de instalaciones penales existentes a lo largo y ancho del país?
¿Cuántos miles de millones de dólares de los contribuyentes gasta esa nación en la poco o nada agradable misión de limitar las libertades de las personas?
Las cárceles cuestan a los ciudadanos norteamericanos casi 70 000 millones dólares al año; y el gasto estatal en correcciones ha crecido alrededor de un 300% en los últimos 20 años.
Resultan interesantes algunos datos ofrecidos en un despacho noticioso de RT. Por ejemplo, se calcula que son más de 2,2 millones de personas actualmente en las prisiones de EE.UU., según constata “Newsweek”.
Esa cifra, explica, es superior a toda la población del estado de Nuevo México.
EE.UU. también tiene la tasa de encarcelamiento más elevada del mundo: alrededor de 724 personas por cada 100 000 personas: mientras más de 2,7 millones de niños en EE.UU. tienen a uno de sus padres en la cárcel.
Otros datos interesantes: En EE.UU. hay más de 5 000 recintos penales.
En cuanto al uso de presos como fuerza laboral en Estados Unidos, sigue preocupando a varias organizaciones sociales y de derechos humanos; porque las compañías privadas de las prisiones obtienen beneficios de la encarcelación en masa, aunque no son las únicas, escribe el portal Alternet.
Mientras organizaciones de derechos humanos condenan lo que consideran una nueva e inhumana forma de explotación en ese país, grandes industrias siguen valiéndose del trabajo de los reos.
La empresa de telecomunicaciones Global Tel Link (GTL) que tiene el monopolio de ese sector en muchas prisiones ha estado obteniendo 500 millones de dólares anuales de beneficio gracias a sus contratos exclusivos con una larga lista de cárceles, recuerda el citado sitio digital.
Fabricantes textiles, empresas de tecnología, agentes de fianzas, así como compañías de procesamiento de alimentos y de envasado también figuran en la lista. Entre las corporaciones que se vieron involucradas en el uso de presos como fuerza laboral se puede encontrar a Victoria’s Secret y a Exmark, subcontratista de Microsoft.
Los magnates que han invertido en la industria de las prisiones no tienen que preocuparse por las huelgas o por pagar el seguro de desempleo o vacaciones. Todos sus empleados trabajan a tiempo completo, nunca llegan tarde o se ausentan por problemas familiares, escribe Global Research.
“La contratación privada de prisioneros para el trabajo fomenta incentivos para encarcelar a la gente. Las prisiones dependen de este ingreso y los accionistas corporativos que se lucran del trabajo de los reos hacen lobby a favor de las sentencias más largas a fin de ampliar su fuerza laboral. El sistema se alimenta a sí mismo”, reza el estudio del Partido Laborista Progresista, que condena la industria de las prisiones por ser “una imitación de la Alemania nazi respecto a los campos de concentración y el trabajo forzado de esclavos”.
Quedan expuestas en este comentario, solo algunas de las causas que atestiguan el por qué hay tantos presos en Estados Unidos.

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