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“Populares” quieren regresar a La Moncloa

7 de mayo de 2021

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La holgada victoria del derechista Partido Popular (PP) en los comicios de la Comunidad Autónoma de Madrid ha hecho soñar a los dirigentes de la agrupación de derecha con el regreso al Palacio de la Moncloa, rememorando los días de Mariano Rajoy, cuyo gobierno se caracterizó por escándalos de corrupción que, sin embargo, no llegaron a relacionarse con el mandatario, algo inexplicable.

Para ganar en Madrid el PP utilizó a Isabel Díaz Ayuso: un fenómeno de masas forjado en dos años, quien ahora seguirá siendo la presidenta de la autonomía, utilizando procedimientos con un mayor contacto con “los de abajo”, generalmente ignorados por otros candidatos del PP.

Aunque no logró la mayoría parlamentaria, el PP obtuvo 65 de los 135 escaños, y cuenta con el respaldo de la reaccionaria VOX, con 13 diputados. El gubernamental Partido Socialista Obrero Español logró apenas 24 curules, cifra igual al del centroizquierdista Más Madrid, mientras Unidas Podemos, de Pablo Iglesias, sólo alcanzó 10.

Esto hizo renunciar Iglesias, quien también anunció que abandonará la vicepresidencia y la vida política en general. confesando que fue incapaz de unir a las fuerzas progresistas para enfrentar a la hoy triunfante reacción.

Este martes, en la despedida, quiso vivir de sus orígenes. Sus últimas palabras fueron versos de Silvio Rodríguez, el cantautor de la Revolución Cubana: “Yo no sé lo que es el destino / Caminando fui lo que fui”, con un remate mayúsculo: “Yo me muero como viví”.

Parece obvio que, sin él, Unidas Podemos habría desaparecido en Madrid. Ha salvado al partido, ¿pero sobrevivirá? Ciudadanos no ha aguantado sin Albert Rivera, y si Unidas Podemos, que tiene 35 legisladores y cinco ministros a nivel nacional, ofrece mejor perspectiva, es porque acoge a Izquierda Unida y al Partido Comunista Español, con una estructura incluso más sólida que Podemos, que para repuntar se fía en Yolanda Díaz, con notable aprobación pública.

 

Desgracia colectiva

Las derechas españolas siguen estando donde han estado siempre en la historia, con pocas y honrosas excepciones, como en los ahora tan denostados tiempos de la transición de la dictadura franquista a la democracia.

Nunca creyeron en la reconciliación nacional propugnada por la oposición. Solo aceptaron la amnistía a regañadientes, y la manipularon hasta convertirla en una amnesia colectiva sobre el criminal pasado franquista.

Buena prueba de ello es que ahora resucitan su lenguaje de la guerra civil, actualizándolo: “Gobierno social-comunista-bolivariano-etarra-separatista” … Y estas estupideces no las dicen simples manifestantes de a pie, sino destacados dirigentes de nuestras derechas, encabezados por el ex presidente del gobierno José María Aznar, entre otros, por no hablar ya de Santiago Abascal y otros representantes de Vox.

Que todo esto suceda precisamente cuando el gobierno se enfrenta al enorme desafío planteado por la inesperada primera pandemia global, de origen externo y con unos efectos sanitarios, económicos y sociales devastadores no solo para España, sino para el mundo entero, ilustra a la perfección sobre cuál es el verdadero carácter definitorio de las derechas españolas.

Éstas siguen siendo por completo incapaces de tener y sentir auténtica responsabilidad de Estado. Pero, ¿cómo iban a tenerla, si en realidad se consideran las poseedoras únicas y exclusivas del Estado?

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