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Plan imperialista contra el Caribe

9 de diciembre de 2019

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Los más recientes acontecimientos ocurridos en países del Caribe insular y no insular –como Dominica y Surinam– han puesto en evidencia que existe un plan imperialista, auspiciado, estimulado y financiado por la Administración Trump con la complicidad del servil Luis Almagro desde su desprestigiado y anacrónico refugio de la OEA, para derrocar a los gobiernos de la región que no le son afines y se han convertido en un obstáculo a los designios yanquis de dominación política y saqueo económico.

Recordemos que estos países en su conjunto están agrupados en la Comunidad del Caribe (CARICOM) y parte de ellos integran también la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO) y constituyen comunidades de naciones pequeñas pero dignas, que en su inmensa mayoría han mantenido posiciones independientes, honorables y de respeto entre ellos y con sus vecinos, negándose a servir de instrumento de los más pérfidos y sucios intereses imperiales que pretende imponer la Administración Trump.

En el marco de la degenerada OEA de Almagro han constituido un núcleo de firmeza e impedido en buena medida la utilización brutal e injerencista de esa organización en los asuntos internos de las naciones soberanas y los ha obligado a inventar maniobras desfachatadas como la creación del llamado Grupo de Lima y otros engendros fallidos.

El odio del régimen Trump-Almagro es aún mayor y se concentra contra los países caribeños que forman parte de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA – TCP), buscando por todos los medios que sus gobiernos actuales sean sustituidos por títeres afines al poder imperial.

No escapa a los propósitos del perverso dúo Trump-.Almagro la intención de fragmentar y si es posible hasta hacer desaparecer a la Comunidad del Caribe (CARICOM), a la que en definitiva consideran como matriz y punto de encuentro de las actitudes más soberanas y solidarias.

Desafiando huracanes y desastres naturales, así como los fatales efectos del cambio climático –que los tienen entre los principales perjudicados y más amenazados– los caribeños han resistido a chantajes, intimidaciones y sobornos dando elevadas muestras de dignidad y coraje.

Para sujetos de la calaña de Trump y Almagro no es concebible que pequeños estados del Caribe –como San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda o Granada por citar algunos ejemplos– sigan su rumbo independiente sin doblegarse y hagan uso del derecho de escoger libremente a sus amigos, que nunca los han abandonado.

Todo indica que el plan imperialista contra el Caribe ya ha comenzado, aunque sus fracasos iniciales parecen no augurarle un final feliz.

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