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Pinocho americano

5 de marzo de 2019

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El superhalcón John Bolton acaba, no de graznar, sino rebuznar nuevas  amenazas contra Cuba, anunciando más sanciones que aumentan las ya contempladas en la extraterritorial Ley Helms-Burton, alegando que son asesores militares los 25 000 trabajadores de la salud y de la educación cubanos que se encuentran prestando ayuda al pueblo venezolano.

No contento con ello, también anunció una coalición de países aliados que se encargarán de lograr la ilegal deposición del gobierno de Nicolás Maduro, no sé si al estilo de las que se crearon para destruir a Iraq, Afganistán, Libia y Siria.

Parece que Bolton piensa que el enemigo creado por Estados Unidos se encuentra con los brazos cruzados, acostumbrado a tener ante sí a naciones más débiles o no dañarán al Imperio.

La avalancha de noticias que llega desde Caracas es que, en medio de los carnavales que celebra el pueblo, ya  regresó al país el presidente designado por Trump, Juan Guaidó, procedente del territorio amigo ecuatoriano controlado por  Lenín Moreno, quien, pienso, haya asesorado al pelele estadounidense en dimes y diretes y en cómo traicionar a diestra y siniestra.

En tanto, la guerra económica norteamericana prosigue con mayores ímpetus, aunque no han dado aún todos los frutos apetecidos. No obstante, colegas amigos de Caracas han hecho saber su preocupación ante la posibilidad de que EE.UU. logre resultados con esta política genocida. Aquí juega capital importancia la ayuda al efecto de Rusia y China, y la declaración de la India de que comprará el petróleo venezolano que no adquiera Estados Unidos.

 

Solidaridad rusa

Las buenas relaciones no solo con Rusia y China han ido avanzado cada vez más, a medida que  aumenta el peligro de intervención militar estadounidense.

Estos vínculos son normales, a tal punto que Venezuela ha logrado la financiación de la enorme partida de trigo que llega a la nación suramericana, así como de otros abundantes rubros alimenticios y medicamentos.

Periodistas no adscriptos a la nómina norteamericana han comprobado la abundancia de muchos productos en los supermercados, así como la distribución alimentaria a unos seis de millones de personas necesitadas, aunque siempre se está en alerta, ante la posibilidad  de que esta guerra económica, subrayo, genere a la larga en genocidio.

Ya hay financiamiento de China para la producción petrolera  en los próximos meses, así como se cuenta con el apoyo ruso y chino para el avance económico en general, además de que para proteger los activos venezolanos de futuros robos, como ha ido sucediendo, los fondos de la petrolera PDVSA han sido trasladados de Lisboa a Moscú.

Caracas aseguró a Sputnik que todos los créditos que se le otorguen a Venezuela serán devueltos  en tiempo y forma.

A su vez, el gobierno de Vladimir Putin ha prometido hacer todo lo posible para impedir una intervención militar, liderada por Estados Unidos y sus aliados, contra Venezuela. “Nos preocupa que EE.UU. esté listo para todo tipo de provocaciones, para que se derrame sangre (en Venezuela), para encontrar motivos que justifiquen la intervención militar. Haremos lo posible para impedirlo”, declaró.

 

Reiteración

En este sentido, la presidenta del Senado ruso, Valentina Matvienko, tras reunirse este domingo con la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, en Moscú, tachó de una “burda violación del Derecho Internacional y de los estatutos de la ONU los intentos de los países occidentales para derrocar ilegalmente al actual gobierno venezolano y nombrar a un líder opositor como jefe del país desde el exterior.

Como se recordará, la tensión política entre Caracas y Washington se ha intensificado desde el pasado 23, cuando Juan Guaidó, jefe de la Asamblea Nacional venezolana –declarada en desacato en el 2016 y controlada por la oposición–, se autoproclamó “presidente interino” del país. De inmediato, el gobierno de EE.UU. lo reconoció y advirtió que “todas las opciones estaban sobre la mesa” para apoyar a los golpistas.

De este modo, Matvienko ha mostrado la solidaridad de su país con el pueblo y el gobierno de Venezuela, que defiende su independencia y soberanía, insistiendo en que solo les incumbe a los venezolanos decidir su futuro.

Esta clara posición ha sido subraya en las últimas horas por el canciller Sergei Lavrov, quien, con pelos  y señales, fue aún más intenso, al afirmar que Rusia se opondrá a una “intervención descarada” en Venezuela. Esperemos.

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