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Petróleo y dinero como banderas de guerra

9 de diciembre de 2015

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El hecho de que las reservas de petróleo de Estados Unidos vayan languideciendo y ahora la extracción del gas de esquisto por fractura hidráulica (lo que provoca una gran afectación del medio ambiente) sea una de las causas de la caída del precio del crudo, explica por sí solo, cuán grande es la influencia del petróleo y el dinero en la geopolítica internacional.
Ese sería un solo ejemplo, pero con muchas ramificaciones.
Lo ocurrido en Venezuela en los comicios parlamentarios de estos días, tiene causas muy profundas en los citados componentes. El país sudamericano es el mayor productor de crudo del mundo, sus grandes ganancias pertenecen al pueblo y están controladas por una empresa estatal bolivariana; lo que resulta más que suficiente para que tras esa manzana de lancen como aves de rapiña, lo mismo la ultraderecha local que quienes la sustentan desde Washington y la convierten en tema de mucho interés mediático, tanto en la nación del Norte como en España y otros países europeos.
La guerra contra Venezuela ha sido debidamente calculada, ha contado con cifras millonarias de dólares y la insistencia de sacar del poder al chavismo, representado por el presidente Nicolás Maduro, equivale al objetivo superior: apoderarse del petróleo.
Otro de los ejemplos actuales tiene que ver con la financiación del llamado Estado Islámico (EI), grupo terrorista que controla territorios petroleros en Siria e Irak, y que se financia, fundamentalmente, con la venta ilegal de combustible a través de la frontera con Turquía.
Los terroristas del EI ya el pasado año 2014 obtenían 2 millones de dólares diarios con la venta ilegal del crudo.
De acuerdo con fuentes de Inteligencia de Rusia, diariamente, más 8 500 camiones cisterna implicados en el tráfico de petróleo forman una larga columna que transporta más de 200 000 toneladas de ese combustible hacia Turquía; a través de tres rutas principales de contrabando.
La primera ruta, que parte de los campos petrolíferos de Raqqa, en el noreste de Siria, pasa por el oeste de Siria –donde fue derribado el Su-24 ruso. El pasado 25 de noviembre de 2015, un satélite de Rusia filmó allí 395 camiones cisterna esperando para descargar el petróleo sirio robado, en el puerto turco de Dortyol y otros 60 camiones cisterna en la rada turca de Iskenderun (Alejandreta), de acuerdo a reportes de la Red Voltaire.
El segundo itinerario comienza en los yacimientos cercanos a la ciudad de Deir ez-Zor, en el este de Siria, y se dirige hacia el norte, en las riberas del Éufrates, para alcanzar la refinería turca de Batman. Una imagen satelital con fecha del 18 de octubre de 2015 muestra 1 722 camiones cisterna, en los alrededores de la ciudad siria de Deir ez-Zor, en espera de ser cargados con petróleo.
Una tercera ruta va desde el norte de Irak, cruzan la frontera turca por el paso fronterizo de Zakho y llegan hasta la estación de bombeo de Cizre. Otra imagen de satélite del 14 de noviembre de 2015, muestra la presencia de 3 200 camiones cisterna que cruzan la frontera hacia Turquía por el punto de paso de Zakho.
Tampoco pueden olvidarse los objetivos de Washington con su invasión y ocupación de Irak; su guerra contra Libia con el asesinato del presidente libio incluido y los demás conflictos en la región del Oriente Medio, no por casualidad, la más rica en hidrocarburos.

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