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Petróleo e integración

11 de marzo de 2016

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La caída de los precios internacionales del petróleo sigue provocando la búsqueda de posibles soluciones estabilizadoras por parte de los principales productores en las diversas regiones del mundo donde radican y también internacionalmente.

La aguda crisis –revestida de evidentes matices políticos– ha estremecido a la otrora poderosa Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y al resto de los exportadores, los llamados países no-OPEP, que han visto afectadas notablemente sus finanzas y presupuestos desde hace año y medio, cuando comenzó a declinar el precio del barril de crudo, llegado hasta el 70 por ciento en que tocó fondo y reinició una débil y hasta hoy muy incierta recuperación.

Mientras se señala a Estados Unidos como el gran culpable del brusco descenso, como consecuencia de la utilización generalizada del método de extracción conocido como “fracking” en busca del llamado petróleo de esquisto y de esta forma inundar el mercado con una oferta que rebasa la demanda y a la vez resuelve sus necesidades internas, los países productores se movilizan y se encaminan hacia fórmulas que de alguna manera contribuyan a la recuperación de los precios. Téngase en cuenta que la mayor parte de esos países productores nutren sus arcas y presupuestos con los fondos procedentes de las ventas petroleras, en muchos casos con su único producto de exportación.

Diferentes expertos han señalado, por otra parte, que la maniobra estadounidense va dirigida a dañar específicamente a Rusia y Venezuela, aunque algunos de sus amigos como Arabia Saudita y Qatar tengan también que pagar los platos rotos y vean descender velozmente sus ingresos y reservas.

De todos modos, advierten los exportadores árabes, la baja de los precios hace ya inviable los costos de producción y ello va determinando que las costosas inversiones en la extracción por el método “fracking” comiencen a languidecer, tras la euforia inicial y a la larga los precios sean restablecidos.

Tras muchas vacilaciones, Arabia Saudita y Qatar se unieron a Rusia y Venezuela y sugirieron limitar la producción para detener la caída frente al exceso de oferta, que va unido a un descenso en la demanda como consecuencia de la contracción económica mundial.

Ahora hay señales de que se producirá un encuentro extraordinario de la OPEP, al que ya se han pronunciado favorablemente Irán, Argelia, Nigeria y Ecuador así como Rusia y Omán, siendo una iniciativa de Venezuela.

En cuanto a América Latina, parece concretarse la celebración de la reunión extraordinaria entre los principales productores petroleros de esta región a la que ya han dado su acuerdo Venezuela, Ecuador, Colombia y México. Ellos buscan la estabilización de los precios petroleros que han arrastrado a la baja, tras de sí, a todos los precios de las materias primas, tanto minerales como de alimentos, en una inevitable conexión.

La situación generada por el derrumbe súbito de los precios del Petróleo –aún causada por la intencionada política de Estados Unidos– pone de manifiesto una vez más que solo la integración y la coordinación entre los países productores de materias primas –casi todos del mundo subdesarrollado– puede obligar a que los poderosos se ajusten a términos justos y racionales, evitando el saqueo arbitrario e irracional de que han sido víctimas históricamente y continúa.

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