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Peligro para la Humanidad

7 de septiembre de 2013

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Como algunas falsas organizaciones no gubernamentales sirven de cobertura para recabar información y realizar labores de espionaje para Estados Unidos, otros elementos más sofisticados han servido para mantener un control acerca del más mínimo movimiento de los principales dirigentes de un país, tal como se demostró en los últimos días con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, e incluso con uno calificado defensor del modelo neoliberal, el mexicano Enrique Peña Nieto.
Es más, todas las conversaciones, hasta el más mínimo detalles de los más recientes encuentros entre ambos dirigentes latinoamericanos, fueron conocidos gracias a las agencias de inteligencia de EE.UU., las cuales, remedando un eslogan comercial de una marca de pintura, quieren cubrir la faz de la Tierra.
No es noticia de última hora, pero sí hay que subrayar que el mundo sigue convulsionado por las revelaciones del ex integrante de la Agencia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos de América, Edward Snowden, sobre la inmensa operación de espionaje realizada por Estados Unidos de América no solo contra sus enemigos, sino también contra sus aliados.
Ello ha abierto un debate sobre la frontera entre el legítimo y el ilegítimo derecho de un Estado de recabar información relevante sobre su situación interna y la de otros, con la finalidad de diseñar y ejecutar su política.
Pero es que EE.UU., apelando a medios humanos y tecnológicos sofisticados, realiza intrusiones en países, instituciones públicas y privadas y personas ajenas, para capturar datos que violan las leyes internacionales y vulneran la privacidad, sin discriminación de nacionalidad, condición social, orientación o nacionalidad o pertenencia a algún grupo étnico.
Descuella en la violación de todo lo establecido, involucra a miles de fuentes humanas y utiliza los más avanzados medios tecnológicos de intrusión profunda de escenarios, recepción satelital de datos y encriptación de información, con el fin de hacerlo invulnerable a las respuestas de sus enemigos a sus ataques de agresión.
La pretensión del gobierno de Estados Unidos de imponerle al resto del mundo – incluyendo a sus aliados subalternos de la OTAN – un Estado Global con “justicia” universal, intervención militar preventiva y subordinación financiera, ha terminado por provocar, con la denuncias del ciberperiodista Julián Assange, el soldado analista militar Bradley Manning y el espía Edward Snowden, una seria ruptura de la confianza de sus aliados estratégicos de Europa, Asia y América del Norte, y puesto en entredicho la fiabilidad de la seguridad de sus agentes, medios y datos de inteligencia, además de convertir a la Internet en un coto cerrado de sus operaciones de espionaje.
Así, ha penetrado los sistemas de seguridad de sus aliados y espiado a los jefes de Estado y de Gobierno aliados y  miembros del Grupo de los Ocho, en donde se supone que EE.UU. negocia asuntos relevantes de la seguridad, la política y la economía mundial.
Pero a pesar de constituir esta cuestión en un escándalo mundial, Estados Unidos no hubo ninguna protesta masiva, a pesar de la amplia cobertura periodística y de la oposición de las organizaciones pro libertades civiles. Los líderes del Congreso, tanto del partido demócrata como del republicano, al igual que los jueces más importantes aprobaron un programa de espionaje doméstico sin precedentes.
Aún peor, señaló el politólogo James Petras en Rebelión: cuando se hicieron públicas las operaciones de espionaje a gran escala, los líderes principales del Senado y del Congreso reafirmaron su respaldo a todas y a cada una de las intromisiones en las comunicaciones electrónicas y escritas de ciudadanos estadounidenses. El presidente Obama y su fiscal general Holder defendieron firme y abiertamente las operaciones globales de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional.
Toda una conducta demencial que demuestra la ausencia de límites morales, políticos y jurídicos, y confirma la denuncia de Fidel acerca del peligro que representa la conducta de Estados Unidos para la sobrevivencia de la Tierra.

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