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Pasos en falso

14 de marzo de 2014

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No viajó a Crimea donde supuestamente está el centro del conflicto entre Ucrania y Rusia. Incluso, no lo hizo a Moscú donde podría dirimir asperezas con las autoridades del Kremlin. Fue directamente a Washington donde lo esperaba el presidente Barack Obama.
Se trata, no de una novela de suspenso ni de augurios mal intencionados. Es el primer viaje al exterior del impuesto primer ministro de Ucrania Arseni Yatseniuk, quien fuera recibido en la sala presidencial de la Casa Blanca por el propio Presidente.
El guión de la visita se conocía de antemano. Washington necesitaba asegurar mediáticamente al mundo que “brindaría” todo su apoyo a una Ucrania inestable que ha trasladado su foco de conflicto a Rusia.
Obama fue directo en sus amenazas contra Moscú: Estados Unidos no dejará sola a Ucrania en la crisis que enfrenta a ese país con Rusia por el control de la península de Crimea y aseguró que ellos y el resto del mundo se verán forzados a hacer pagar a Rusia por la violación del derecho internacional.
Oír palabras como “violación del derecho internacional” hace recordar que en lo que fue la República Federativa de Yugoslavia, EEUU creó un “Kosovo independiente”, luego de los bombardeos que destruyeron a Belgrado y otras ciudades durante 78 días y noches, propiciando la desintegración del país balcánico.
Valdría preguntar a Obama si invadir y bombardear Irak, Afganistán, Libia y financiar la guerra contra Siria, no es una violación del derecho internacional, o algo más, un genocidio.
En su amable cita con el impuesto premier ucraniano, el inquilino de la Casa Blanca, para no perder la costumbre de inmiscuirse en los asuntos internos de otros, rechazó tajantemente el referéndum convocado en Crimea este domingo.
Mientras tanto, el diario The New York Times, publicó que el secretario del Tesoro, Jack Lew, y otros representantes económicos están presionando a Obama para que no vaya lejos en sanciones a Rusia. Aducen que, además de que dañaría los intereses de varios socios europeos, dejaría a las compañías norteamericanas fuera de un mercado en el que seguirían otros competidores.
En el Congreso, sin embargo, los legisladores tanto republicanos como demócratas, están promoviendo toda una campaña para que se apliquen sanciones contra Moscú.
Todo este andamiaje diplomático, político y económico montado por Estados Unidos contra Rusia persigue presionar al presidente Vladimir Putin para que influya en las autoridades de Crimea y cancelen el referéndum sobre su posible anexión a Rusia.
El secretario de Estado, John Kerry al hablar ante la Cámara de Representantes, aseguró que Estados Unidos impondrá sanciones más duras contra Rusia si se queda con Crimea: “La cosa se puede poner fea rápido si se toman decisiones equivocadas, y se puede poner fea en múltiples direcciones”, apuntó. “Tenemos una responsabilidad de intervenir y lo estamos haciendo”, aseguró.
Mientras, para que el premier ucraniano regresara a Kiev  con algunas promesas en los bolsillos, tras su primer viaje realizado a Estados Unidos, la administración Obama le brindó una ayuda de 1000 millones de dólares para el pago de su deuda, y unos 200 millones como contribución directa de inmediato.

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