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Panorama complejo

16 de marzo de 2015

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La última ronda de conversaciones sobre el programa nuclear iraní parece dejar claro que, o se respeta la soberanía de la nación persa en cuanto a su derecho a desarrollar un programa nuclear con fines pacíficos, o no habrá acuerdo ninguno que pretenda alcanzar Estados Unidos a través de presiones y sanciones.
Aunque las últimas declaraciones del secretario de Estado, Jonh Kerry, abren una puerta a la esperanza, hay que ver hasta dónde Washington está dispuesto a comprometerse sin imponer su criterio imperial.
Por estos días ha habido de todo en lo que respecta a un panorama que se puede encerrar en un triángulo: Israel, Estados Unidos, Irán.
La nación persa, que ha negado siempre que su programa nuclear pueda conducir a la fabricación de la bomba, sufre las sanciones impuestas por Occidente y mantiene firme su posición de que la solución al tema se encuentra en la mesa de negociaciones.
El tema tomó calor ahora, días antes de las elecciones israelíes, y hasta el mandatario estadounidense, Barack Obama, amenazó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, con derribar sus cazas para impedir así un ataque contra las instalaciones nucleares iraníes, según el diario kuwaití ‘Al Yarida’, citado por Europa Press.
Resulta que, tras varias reuniones con miembros de su gobierno y la cúpula militar, Netanyahu ordenó al jefe del Estado Mayor, Beni Gants, preparar un ataque contra las instalaciones nucleares iraníes y desplegar todos los esfuerzos israelíes para impedir un acuerdo Estados Unidos-Irán.
Gants entregó al premier israelí el plan de ataque y los pilotos de los cazas comenzaron a entrenarse para la misión.
Pero tal ambiente belicista en Israel no fue suficiente y Netanyahu emprendió viaje a Estados Unidos para reiterar ante el Congreso (republicano) su oposición a un acuerdo con Irán.
No obstante, aunque muchos despachos de la gran prensa hablan de “profundas contradicciones entre Washington y Tel Aviv”, soy del criterio que solo se trata de un ruido mediático para, tanto Estados Unidos como Israel hacer nuevas exigencias a Teherán y echar la culpa al gobierno iraní ante cualquier fracaso negociador.
En una entrevista con la CBS, el líder de la Cámara de Representantes estadounidense, John Boehner, aseguró que tiene la impresión de que el acuerdo con Irán “no será lo suficiente bueno”, y respaldó las dudas que sobre el tema ha manifestado Netanyahu.
Mientras este clima de hostilidad y juego a la guerra caracteriza tanto a Israel como al ala más conservadora del Congreso norteamericano; las autoridades iraníes se pronuncian por un final feliz en las conversaciones sobre su programa nuclear, que se realiza con el Grupo 5 más 1 (los cinco miembros del Consejo de Seguridad más Alemania).
A la par, analistas y políticos muestran preocupación en cuanto a que las autoridades israelíes, que no participan en esas conversaciones pero hacen todo lo posible por su fracaso, se opongan totalmente a que se declare al Oriente Medio como zona libre de armas nucleares.
Al respecto un despacho de la agencia IPS señala que Israel se consideraría vulnerable de perder su monopolio regional sobre las armas nucleares; por lo cual Estados Unidos hace todo lo posible para bloquear cualquier iniciativa al respecto.
En esa línea está el discurso cotidiano de Netanyahu en cuanto a que su estado sufre de amenazas, por lo que debe mantenerse firme en su actual posición nuclear.
Israel cuenta con más de 200 ojivas nucleares y su premier no ha puesto reparos para la posible utilización de las mismas lo mismo para atacar a Siria; exterminar de una vez y por todas a los palestinos, o lanzarlas contra la nación persa.

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