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Palmira y la encrucijada siria

25 de mayo de 2015

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Siria atraviesa por un momento muy difícil. El grupo terrorista Estado Islámico (EI) ha avanzado en varias direcciones y en los últimos días se ha apoderado de la milenaria ciudad de Palmira.
Como credencial para que el mundo supiera que ellos estaban allí, los terroristas comenzaron por decapitar a 17 pobladores, método que los ha caracterizado en todas sus fechorías tanto en ese país como en Irak.
La UNESCO y la humanidad toda han hecho llamados para que se detenga la destrucción del patrimonio en esa zona. Allí, tanto en la parte residencial como otras, hay templos y monumentos de 2 000 años de antigüedad, cuyo futuro es incierto.
Palmira fue declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO por encontrase allí uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo.
Está ubicada en la actual provincia de Homs. Su nombre significa en árabe la ciudad de los dátiles. Fue capital del imperio de Palmira bajo el reinado de la reina Zenobia, entre los años 268 y 272.
Hoy su principal atracción son sus bien conservadas ruinas, entre ellas las del templo Bel, edificado en el año 32 después de Cristo.
Muy cerca de ese templo, está la gran columna de 1 200 metros, que fue el eje principal de la ciudad, donde existió una amplia calle por donde transitaban los carruajes y cabalgaduras.
La historia milenaria tiene presencia Palmira por su templo funerario; el campamento de Diocleciano que antes fue palacio de la reina Zenobia; el teatro y otras.
Siria posee seis de los 46 sitios declarados Patrimonio de la Humanidad y que la UNESCO considera en grave peligro. No hay otro país del mundo con tantos enclaves culturalmente imprescindibles que estén en peligro. Palmira puede ser el próximo sitio devastado si los bárbaros terroristas se encaprichan en echar abajo la historia de esa ciudad y nación.
Su pérdida podría suponer la desaparición de “un tesoro irremplazable para Siria y el resto del Mundo”, ha dicho la directora general de la UNESCO, Irina Bokova.
Lo que ocurre en territorio sirio y en el vecino Irak, forma parte de un abanico terrorista con ramificaciones en Libia, y otras naciones.
No es casual que, al evaluar las últimas acciones del EI, el diario español El País, señala que Estados Unidos está desconcertado por los avances de ese grupo terrorista y por tanto tendrá que examinar su estrategia.
En el caso de Irak, el Pentágono ha enviado cohetes antitanques y estudia ampliar el entrenamiento de las tropas locales.
Lo real de todo esto, según la propia publicación es que Irak es, para Estados Unidos, la guerra sin fin. Cuando parece que ha terminado, regresa.
Con la toma, en menos de una semana, de Palmira (Siria) y Ramadi (Irak), por el EI, la estrategia de Washington parece fracasada, casi un año después del inicio de una intervención aérea de grandes proporciones, y aunque a Irak ha enviado 3000 asesores militares para ayudar a las fuerzas locales.
Incluso, las recientes tomas de las ciudades sirias e iraquíes por los grupos terroristas se producen una semana después de que el Pentágono dijera que el EI estaba a la defensiva y que solo era capaz de realizar ataques a pequeña escala.
Para el diario El País, en Washington, el debate sobre la responsabilidad se reabre. ¿Fue culpa del presidente republicano George W. Bush al invadir Irak en 2003? ¿De Obama al replegarse en 2011? Los candidatos republicanos presidenciales apuntan al demócrata Obama.
Mientras la controversia dentro de Estados Unidos crece y se usa con fines electorales debido a la cercanía de las elecciones presidenciales, el mundo observa con incertidumbre y pavor como la cultura milenaria de Palmira y de Siria toda, se viene abajo por la irracionalidad convertida en terror en manos de un grupo terrorista que quiere crear un Califato y gobernar toda la zona.

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