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Otro bochornoso fracaso

11 de noviembre de 2019

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El gobierno imperialista de Estados Unidos (Administración Trump) ha cosechado otro bochornoso y vergonzoso fracaso a manos de la comunidad internacional en la Asamblea General de Naciones Unidas, cuando 187 países votaron una vez más a favor de la resolución cubana bajo el título “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba”

La aplastante diferencia entre los votos a favor, en contra y abstenciones constituyen un hecho poco frecuente en esos períodos de sesiones y marcan un insólito e inusual consenso mundial alrededor del tema que los coloca frontalmente ante Washington, lo cual no deja de ser peligroso ante un régimen brutal, arrogante y vengativo como el que hoy rige en la Casa Blanca.

La rotunda victoria cubana tiene, por tanto, un doble mérito pues no solo reconoce los derechos de Cuba como nación independiente y soberana sino que también rechaza de plano y firmemente -amparada por el derecho internacional y la Carta de Naciones Unidas-, las pretensiones imperiales, ilegales e inmorales de los sucesivos gobiernos de Estados Unidos desde 1962.

A las pretensiones iníciales del bloqueo se unió en la década de los 90 la llamada Ley Helms-Burton que con carácter extraterritorial busca sancionar a todos los países del mundo que establezcan una relación económica o comercial con Cuba, incluidas las transacciones financieras o bancarias, la navegación marítima y aérea, el turismo, las inversiones extranjeras o cualquier tipo de intercambio educativo o científico.

La citada Ley Helms.Burton -aprobada en su momento por el Congreso de Estados Unidos-, concentra no solo todas las ilegalidades del bloqueo sino que pretende en su título segundo legitimar la imposición de un gobierno interventor en Cuba convirtiendo al país en un simple protectorado yanqui.

Contra todas esas perversidades irracionales y enloquecidas, acumuladas ya durante seis décadas, votó de forma prácticamente unánime la comunidad internacional agrupada en la Asamblea General desconociendo las presiones, chantajes y sobornos del régimen de Trump.

A partir de 1992 y hasta la fecha la resolución presentada por Cuba ha ido sumando apoyos y adeptos hasta alcanzar la cifra totalizadora que hoy exhibe, en momentos en que el mundo se torna particularmente complejo y el decadente imperio yanqui se aferra desesperado a los más crueles procedimientos.

Ello se explica porque el reclamo de Cuba es justo, verdadero, se atiene limpiamente a la legislación internacional y ni siquiera los tiempos idos del “mundo unipolar” fueron capaces de revertir una demanda con tales características ante un hecho que todos miran con lógica preocupación como antecedente que puede envolverlos si alguna vez discrepan del imperio.

Y se explica también, no en segundo término,- por la heroica y decidida resistencia, esfuerzo y sacrificio del pueblo cubano, que es fiel de manera inconmovible al legado histórico de sus miles de próceres, héroes y mártires.

Dos sujetos de ignorancia espectacular como Trump y Bolsonaro no podrán entenderlo jamás.

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