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Otra vez el fracaso de Davos

4 de febrero de 2014

Ninguno de los despachos noticiosos de la gran prensa que cubrió las “deliberaciones” en el Foro Económico de Davos, se refiere a lo que gastan los más ricos del mundo en ese centro turístico ubicado en los Alpes suizos, al que asistieron unas 2 000 personas, entre ellas los presidentes de las mil compañías más opulentas del planeta.
De los graves problemas que enfrentan los países del Tercer Mundo ni una palabra se dijo, aunque no pudieron evitar el hecho comprobado y latente de que la actual globalización de la economía ha conllevado a un crecimiento abismal de las diferencias entre los ricos y los pobres.
Sus organizadores consideran el Foro de Davos como la mayor asamblea de líderes políticos y empresariales del mundo, por lo que su sonado fracaso tiene mayores proporciones al tratarse de un evento que nada aporta en un mundo desigual, donde más de mil millones de sus habitantes pasan hambre; otra cifra casi similar no tiene acceso a la educación; y disponer de agua potable y de servicios de salud es todavía un gran lujo que no tienen cientos de millones de seres humanos.
Documentos dados a conocer durante el Foro reconocen una ampliación en la brecha de ingresos, factor que impacta en la estabilidad social interna de los países y amenaza la seguridad a escala mundial.
Al respecto, para la organización humanitaria y de desarrollo Oxfam Internacional las 85 personas más acaudaladas del mundo poseen una riqueza igual a la de la mitad de la población del planeta.
Incluso, en los países africanos las empresas transnacionales —de la minería fundamentalmente— se apoderan de esos recursos sin pagar impuestos a las naciones donde operan , lo que provoca que esos gobiernos locales tengan menos capital para dedicar a los planes sociales de salud, educación y alimentación.
De acuerdo con un despacho de IPS, prácticamente ninguno de los debates en Davos abordó temas vinculados a los países del Sur en desarrollo.
Una de las críticas que se hace al Foro es que el debate no tiene ninguna influencia en la definición de la agenda de desarrollo posterior al 2015.
De igual forma se señala que la élite mundial reunida en esa ciudad de los Alpes suizos no se preocupa por la dramática situación de los millones de refugiados, ya sea los que como en Siria han tenido que abandonar el país debido a la guerra, o los de otros países que se desplazan en busca de alimentación o agua.
Mientras los multimillonarios reunidos en Davos gastan cifras astronómicas para disfrutar de las bondades de la nieve, sobre todo como parte del espectáculo turístico que allí se escenifica, hacen oídos sordos a los reclamos de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, que solicita el aporte de 6 500 millones de dólares para los millones de seres humanos que han tenido que desplazarse en la Siria agredida por el terrorismo internacional.
Ni los propios organizadores y financistas del Foro de Davos se atreven a considerarlo un éxito, por cuanto, una vez más, los ricos disfrutan y los pobres se mueren de hambre.

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