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Otra tragedia palestina

14 de abril de 2015

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Solo a ocho kilómetros del centro de Damasco, la capital siria, aun existe un campo de refugiados palestinos, Al Yarmuk, donde más de 18 000 personas se debaten entre el hambre y la muerte.
Hasta allí llegaron los terroristas del llamado Estado Islámico (EI), a quienes parece que no le basta con sus crímenes que han llevado a la muerte de cientos de miles de ciudadanos en Irak y Siria, fundamentalmente.
Este último país que durante décadas ha servido de refugio a la población palestina expulsada de sus tierras por el sionismo israelí, vive hoy momentos de una verdadera pesadilla, y uno de sus mayores campos de refugiados se ha convertido en un infierno.
No obstante, aunque el campamento de Al Yarmuk está casi totalmente en manos de las fuerzas terroristas del EI, la lucha allí no se detiene y muchos otros palestinos de campos de refugiados cercanos, se han incorporado para salvar del exterminio a sus compatriotas.
Los palestinos consideran el campamento de Al Yarmuk como la capital de los refugiados y por ende se han propuesto defenderlo con todas sus energías.
Aunque Naciones Unidas ha llamado a evitar el exterminio masivo de palestinos en esa localidad, la agresión terrorista y los combates han hecho imposible la entrada de alguna comida y medicamentos, cuya falta se suma a la de electricidad y agua.
El autodenominado Estado Islámico tomó el lugar el pasado 1º de abril y desde entonces la situación no ha hecho más que empeorar, refleja un despacho de BBC Mundo.
También las condiciones médicas son muy malas; muchos de los doctores huyeron del campo al principio de los combates entre el EI y la milicia palestina.
Al Yarmuk tiene aspecto de ciudad fantasma, con sus habitantes demasiado atemorizados como para salir a la calle.
Testimonios de moradores del lugar manifestaron la necesidad de buscar la manera de conseguir comida, insumos médicos y personal sanitario. Así como agencias de ayuda humanitaria para evacuar a los que están atrapados.
La actual presidenta del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la embajadora jordana Dina Kawar, pidió que se proteja a la población civil y se permita la ayuda humanitaria.
Las fuerzas del EI, sin embargo, no tienen en cuenta para nada ni los llamados internacionales ni la situación de caos en la que están involucrados niños, mujeres, ancianos y el resto de la población civil palestina que ha vivido durante años en un sitio que les dio albergue como en su propia casa.
En este campamento llegaron a convivir 150 000 refugiados palestinos que, incluso, gozaron de facilidades de trabajo, educación, salud y alimentación.
Hoy, el motivo por el que huyeron de su patria, Palestina, masacrada por Israel, se incrementa a niveles incalculables cuando en toda la región del Oriente Medio se abre paso, con el terror como bandera, el grupo terrorista Estado Islámico (EI).

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