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No llores por mí, Argentina

25 de marzo de 2024

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Hace poco más de una veintena de años resultó exitosa la película norteamericana “Evita”, donde la cantante Madonna desempeñaba el papel de Eva Perón, siendo objeto de polémicas opiniones al respecto que, entre otras cosas, contribuyeron a otorgarle al filme buena parte de la popularidad que alcanzó entonces y aun mantiene.

Su tema musical, bajo el título de “No llores por mí, Argentina” recorrió el mundo cuando nada hacía presagiar con certeza que, al cabo de tantos años, Argentina volvería a llorar y a entrar en una trágica situación como la actual, en que todas las perspectivas se juntan para anunciar incertidumbre, desgracia y miseria para el pueblo trabajador.

Superada la horrenda etapa de la dictadura militar con el conocido balance de desaparecidos, asesinados y torturados a la que se añadió la derrota de las Malvinas -provocada irresponsablemente por los mismos opresores-, asomaron gobiernos neoliberales que de una forma u otra tampoco se decidieron a librar al pueblo argentino del yugo explotador agroexportador en manos de unos pocos ni de la deuda que ya amenazaba con ser asfixiante. Todo en medio de una gran agitación social y sindical, como corresponde a la larga tradición de luchas que, en este sentido tienen allí las masas organizadas y los sectores populares de los más variados signos y doctrinas.

Allí ha radicado históricamente su fortaleza pero también, paradójicamente, su debilidad. Ello explica en buena medida que la situación del país haya arribado a los extremos en que se encuentra, presenciando un espectáculo que sus propios autores habían anunciado y, por tanto, no debe sorprender a nadie que siguiera con atención los pronunciamientos de la campaña electoral por parte de quienes hoy reprimen al pueblo trabajador y lo lanzan por un barranco insospechado, en su fondo abismal e impredecible.

Argentina, sin embargo, sabe que no es llorando como se puede salir adelante de estas situaciones. Lo ha hecho en otras difíciles etapas, en que ha demostrado que no es por gusto una de las más veteranas repúblicas americanas y reúne experiencia, sabiduría, voluntad y valor como para reencontrar los caminos que le corresponden y merece.

En esta ocasión, sin dudas, también ocurrirá.

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