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No dejarse avasallar

8 de septiembre de 2017

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En esta época en que predomina un imperialismo que se considera protector por la fuerza de la democracia que apellida representativa, no es tarea fácil, pero tampoco imposible la necesidad de que, de una manera u otra, los pueblos rechacen el avasallamiento del ente más poderoso del mundo.

No vamos a poner como ejemplo a Corea Democrática, ya que se encuentra en una situación peculiar, en laque utiliza el manejo del arma nuclear para que el imperialismo norteamericano admita su derecho a la existencia, cuestión que nunca sus medios diplomáticos han reconocido hasta ahora.

Por supuesto, existe el ejemplo de Cuba, que ha mantenido su soberanía e independencia frente a más de 50 años de bloqueo y agresiones de toda índole.

Pero, realmente, no han sido muchos los ejemplos en estos largos años, porque, de una manera u otra, pese a excepciones, desde el siglo XIXno hay continente que se le resista en forma general.

En África,Asia, Europa y América Latina no ha tenido remilgos en dirigir, subvencionar y patrocinar acciones desestabilizadoras, cuando los gobiernos electos no son desu agrado.

En ocasiones, a los gobernantes estadounidenses les ha bastad redactar una carta reclamando deudas y su pago inmediato, para hacer temblar a un poder que no lo es, porque acceden rápidamente a la petición imperial.

Cuando alguien se le resiste ha ido más lejos, negando préstamos, obstaculizando exportaciones, cerrando el flujo de inversiones previamente acordadas.Asimismo, las presiones se han transformado en sanciones, si no obtienen los resultados previstos, con el fin de doblar la voluntad soberana de los pueblos.

Venezuela es un ejemplo de ello, de como el imperialismo se ha dedicado a castigar todotipo de resistencia. El apoyo a grupos mercenarios dispuestos a matar y destruir, fue precedido por una campaña de odio, sanciones políticas, diplomáticas, sociales y culturales.

Tanto en Venezuela como en otros países con gobiernos “rebeldes” se emplea comúnmente el bloqueo de las cuentas bancarias y la paralización de importaciones, convenios bilaterales de cooperación e intercambio de tecnología, con el fin de generar caos, inflación, desabasto y parálisis productiva.

Por otro lado, las sanciones políticas pueden tener un impacto inmediato en el terreno de la opinión pública mundial y afectan las relaciones internacionales bilaterales y multilaterales, como ahora que España y Alemania se han sumado al coro estadounidenses para denostar al gobierno de Caracas.

En este caso venezolano se expulsa personal diplomático, niega visados y promueve resoluciones condenatorias, bajo la acusación de seguir una deriva que pone en riesgo la paz interna, dividiendo el país, el orden regional, generando un conflicto entre países hermanos, con la utilización de terroristas y narcotraficantes

En este espurio accionar, Estados Unidos cuenta con el respaldo de un aparato internacional en manos de transnacionales de la comunicación, en lo que se puede citar a CNN, EFE, BBC Rai, Reuters y France Presse, sin olvidarnos de las cadenas de televisión, radio y prensa escrita que en cada país reproduce el relato, mañana, tarde y noche, llamado a romper el orden legítimo.

El discurso no cambia. Se trata de adjetivar a un gobierno electo, democrático, respetuoso del orden constitucional, para presentarlo como totalitario, que persigue a la oposición, encarcela a sus dirigentes, tortura y rechaza las reglas del juego democrático.

No es fácil la tarea de enfrentar a este poderoso ente, independientemente de que se tenga la fuerza de la razón. Pero la base del éxito, la de poderhoradar poco a poco este andamiaje injusto y cruel es, subrayo, no dejarse avasallar.

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