ribbon

No concreta

30 de marzo de 2017

|

 

Las acusaciones contra el presidente de Argentina, Mauricio Macri, y miembros de su familia, principalmente el padre, son múltiples y variadas, y en cualquier otra circunstancia y quizás se pudiera hacer algo al respecta, pero en la nación suramericana de hoy, desde que hace poco más de un año ascendió al poder, todo se vuelve imposible.

No importa que se diga que el familión tenga cuentas enparaísosfiscales, que esté envuelto en evasiones de impuestos, todo comprobado, pero nada prosigue, porque los detractores no se ponen de acuerdo, y no importa que sea el equivalente a un equipo de fútbol de calidad, porque, a pesar de que domina y tira más a gol, no concreta.

Así, han dejado que la abierta política neoliberal de privatizaciones, subidas de impuestos a los más necesitados, despidos y enormes alzas a las tarifas de los servicios públicos, demuelan rápidamente a un país que siempre fue envidia de otras naciones por su prosperidad, producción y nivel de vida, pese a la crisis económica internacional.

Hoy, Mauricio Macri ha hecho que la pobreza alcance a la tercera parte de los argentinos y a más de la quinta parte de las familias.

Macri confiesa que lo que está haciendo ahora fue mantenido en silencio durante su campaña electoral, de ahí que las continuadas manifestaciones en su contra muestran la indignación de trabajadores y jubilados, algunos de los cuales llegaron a votar por él, engañados por una propaganda mediática que prometía eliminar presuntos vicios del pasado.

Ya el portal colega Cubasí apuntaba que mientras coquetea con la Alianza del Pacífico, ente neoliberal que torpedea proyectos de integración, ya ha puesto en marcha desde el inicio de su mandato, sin tener en cuenta el poder adquisitivo del argentino medio, una devaluación del sistema monetario que no reprime la inflación, con la liberación de los precios y la dejación al mercado de las cuestiones respecto a los precios relativos.

Ya, como indicamos antes, ha ido logrando eliminar los subsidios al gas, la electricidad y al transporte, los impuestos a las ganancias y a las operaciones con cheques, y unificar el mercado cambiario para que todos los que tengan que vender o comprar divisas lo hagan en el único libre de cambio sin restricciones.

O sea, una política irresponsable de entrega oficial que, combinada con la insuficiente producción nacional, puede llevar a la recesión y a un mayor sufrimiento para la mayoría del pueblo argentino.

En este contexto se ha obligado a acuerdos entre empresarios y trabajadores, en el que los primeros condicionan la estabilidad laboral a la negociación salarial, en tanto el Ministro de Economía negocia los aumentos en base a expectativas inflacionarias.

Macri prometió una política de “cambio”, y lo ha cumplido, pero ha sido para mal, en tanto sea adversarios, que son muchos, aún mantienen divergencias que son aprovechadas por el gobernante, y no acaban de concertar la política que evite que el mandatario siga ejerciendo la depredación en Argentina.

Comentarios