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Ni objetiva, ni veraz: cómplice

13 de abril de 2018

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No hay una sola prueba que demuestre la veracidad de la acusación imperialista acerca de que Siria ha utilizado armas químicas contra civiles, pero ello no importa a una prensa mediatizada que lleva a cabo una verdadera inundación de editoriales, comentarios y noticias exclusivas para tratar de dar veracidad a algo que ahora el Pentágono y el grupo investigador del caso admiten que no tienen constancia de que se haya realizado.
No solo es sobre este tema, sino sobre muchos otros lo que demuestra el peligroso poder de una prensa con amplios recursos vendida al imperialismo, como se demuestra en la represión israelí, una más, contra los desarmados habitantes de Gaza, cuando estos declararon tres semanas de marchas pacíficas que deberán concluir el 15 de mayo, al cumplirse el aniversario 70 de la usurpación sionista de la Patria palestina, con la creación del Estado de Israel, y que los palestinos llaman Nabka o Día de la Catástrofe.
Ese mismo día, Estados Unidos piensa abrir su embajada en Jerusalén, trasladándola desde Tel Aviv, anunciado el año pasado por el presidente Donald Trump, y que es calificada como una provocación inmensa, ya que los palestinos sostienen que Jerusalén será la capital de un Estado futuro.
Para esos medios es natural que el principal vocero del ejército israelí, brigadier general Ronen Manelis, advirtiera que sus tropas intensificarían su violencia en la frontera de Gaza y que, pese a limitar sus acciones a la malla fronteriza, estaban preparadas para “actuar contra estas organizaciones terroristas en otras partes también”, es decir, dentro de Gaza, donde ya la brutalidad ocupante causó más de 20 muertos, unos 1 500 heridos e igual número de detenidos.
Apoyando completamente la masacre israelí en línea con el gobierno estadounidense y los dos principales partidos, el New York Times publicó un artículo superficial sobre la masacre en su tirada del sábadode la semana pasada y no se refirió al respecto en la edición del domingo ni en su página web, a pesar de que el primer ministro,BenjamínNetanyahu, seguía ordenando los ataques a manifestantes desarmados, hiriendo a muchos de ellos.
Lo cierto es que esa publicación y otras similares apenas mencionaron las nuevas atrocidadesisraelíes, e hicieron hincapié en las presuntas del gobierno sirio, ydaban más espacio a noticias como la pesca ilegal en Sudáfrica.
Las acciones criminales y provocativas de Israel contra Gaza, con su promesa de intensificarlas a medida que se acerque el 15 de mayo, tienen que ser vistas en el contexto de la determinación mutua de Tel Aviv y Riad de librar una guerra contra Irán, contando con la aprobación o la participación directa de Washington.
Netanyahu, al incitar una respuesta más amplia contra los palestinos y otras fuerzas progresistas de la región, pretende crear las condiciones necesarias para una intervención masiva de Estados Unidos contra Irán y sus aliados regionales, como ha estado amenazando últimamente el presidente Trump.
El silencio en la prensa estadounidense es un acto de complicidad con crímenes de guerra, y se convierte en el instrumento que apoya abierta o encubiertamente las políticas homicidas de un régimen matón que actúa impunemente, mientras se habla de derechos humanos para justificar agresiones neocoloniales.

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