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Nerviosismo en Occidente

24 de agosto de 2023

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Le resulta muy preocupante a Estados Unidos y a Occidente de manera general, que un grupo de líderes que representan por ahora a solo cinco naciones y forman parte del llamado BRICS, estén reunidos en Sudáfrica, precisamente para buscar consensos que sentarán las bases para una nueva globalización, en un mundo donde Estados Unidos se encapricha en hacerlo unipolar y hegemónico.
No se trata de una reunión de la OTAN para determinar la consecución de alguna guerra. Tampoco del Fondo Monetario Internacional para ofrecer préstamos que luego se convertirán en deudas impagables y en condicionamientos a las naciones del Tercer Mundo, fundamentalmente.
La XV Cumbre de los países del BRICS, que sesionará hoy y mañana en Sudáfrica, recibe esta vez a 20 naciones que solicitan ingresar al grupo, y a otros muchos que, como en el caso de Cuba, el Presidente, Miguel Díaz-Canel, hablará allí en nombre del Grupo de los 77 más China, que nuestro país preside durante el presente año.
El canciller ruso, Serguei Lavrov, al llegar a Sudáfrica declaró que el rol de los BRICS crece en época del nacimiento de un orden mundial más justo.
Citado por la agencia Sputnik, Lavrov advirtió que «mientras Occidente intenta conservar su propia hegemonía en la escena mundial, la cooperación de los miembros del BRICS, basada en los principios del respeto a la elección del camino del desarrollo propio y de los intereses de sus miembros, ofrece al mundo iniciativas constructivas y orientadas al futuro».
De manera presencial, por primera vez desde los inicios de la pandemia de la COVID, los mandatarios de China, Sudáfrica, India, Brasil y Rusia —en el caso de Vladimir Putin a través de videoconferencia— debatirán el futuro del Grupo y el avance de la desdolarización en todo el mundo.
De igual forma, según informó la Cancillería sudafricana, se han invitado a 60 líderes de África y del Sur Global, además de altos representantes de la ONU, la Unión Africana, y la presidenta del nuevo Banco del BRICS.
Sus organizadores han asegurado que la Cumbre que se celebra en Johannesburgo, tiene como propósitos fundamentales el de contribuir a la paz en el mundo y diseñar las bases económicas de una nueva globalización.
Una muestra de esto es que más de 20 países han expresado su deseo de unirse a los BRICS de manera pública, entre ellos Argentina, Venezuela, Bolivia, Egipto, Argelia, Arabia Saudí, Irán y Turquía.
La actual conformación del BRICS —Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica—representa más del 31,5 % del Producto Interno Bruto mundial y el 42% de la población del planeta.
Esto puede explicar la reacción de Estados Unidos, que ha intentado boicotear la Cumbre de Sudáfrica, divulgando reportes en la prensa occidental, con falsedades sobre supuestas fricciones entre los países miembros.
El anfitrión de la cita, y presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, llamó a los integrantes del BRICS a «estar juntos y ser capaces de transformar significativamente la economía mundial y las relaciones internacionales».
En tanto, el presidente brasileño, Luis Inácio lula da Silva ha propuesto «una moneda común para independizarnos del dólar».
Son objetivos y planteamientos que, por supuesto, para nada pueden gustar a Occidente y por eso su nerviosismo ante el empuje de este Grupo de países que ahora se reúnen para crecer y consolidar su existencia y desarrollo.

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