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Negocio obliga

19 de abril de 2017

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Solo hace unas horas un importante grupo empresarial norteamericano indicó que en cualquier momento podía trasladar la parafernalia de sus intereses financieros y comerciales del estado de la Florida al también estadounidense de Arkansas, si los grupo de poder que controlan Miami prosiguen preparando legislaciones estaduales para prohibir cualquier negocio que desde ese lugar se trate de establecer con Cuba.

Aúnsin el pronunciamiento del presidente Donald Trump acerca de cómo marcharán las relaciones con la Isla, la connivencia de los ultraderechistas gobernantes floridanos con la mafia anticubana allí asentada quieren hacer la vida imposible a quienes intenten negociar con Cuba, por lo cual importantes hombres de negocio ya han pensado establecerse en otros lugares del territorio norteamericano donde no les alcancen la furia desatada por los elementos anticubanos.

Como es costumbre en nuestra prensa, la referencia general a los grupos lobistas o de influencia que intervienen tras bambalinas en los intereses de poder es considerada en forma peyorativa.

Pero este caso para nosotros es muy diferente, porque ha ayudado a crecer significativamente la fuerza lo los elementos que apuestan por fuertes vínculos comerciales con la Isla, desafiado las amenazas y solo contenidos por la espera acerca de lo que pudiera dictaminar Trump en ese sentido.

Pero, incluso, órganos de derecha, como el periódico español El Mundo, y otros no menos reaccionarios de Chile han apuntadoque no se debiera entorpecer ese intento de vínculo comercial.

Preocupa a los grupúsculos contrarrevolucionarios cubanos la existencia de Engage Cuba, un grupo de presión que no solo pide elfin del bloqueo económico, sino que representa a poderosos grupos de negocios, respaldado por empresas gigantes.

En este aspecto se puede citar al agroindustrial Cargill, la distribuidora de productos para el hogar Procter&Gambler y la constructora de maquinaria pesada Caterpillar; al frente de todo esto está el abogado y cabildero James Williams, quien, al mismo tiempo, es director del comité de acción política New Cuba.

Es bueno citar declaraciones de Alan Gross, el contratista de Estados Unidos que estuvo cinco años preso en Cuba por realizar labores de espionaje.

Gross, quien ha dicho que su estanca en Cube le permitió abrir los ojos en relación a la realidad local, se propone ahora promover una mejoría en los nexos comerciales y acabar con el bloqueo a la Isla, que impide el comercio libre como pretenden los empresarios que respaldan a Engage Cuba.

Al efecto, el cabildero Williams dio que Gross “ha pasado por mucho durante esos cinco años, y no quiere que sea por gusto. El considera que el mejor modo para lidiar con el sentimiento de pérdida y el costo personal y sicológico es comprometerse con la construcción de un futuro mejor para los cubanos y hacer avanzar la política estadounidense”.

Como precisa Ricardo Herrero, el director ejecutivo de Cuba Now –otra de las entidades que se ha asociado con Engage Cuba– “esta coalición si precedentes luchará para que Washington por fin elimine toda barrera externa que impide que el pueblo cubano se beneficie plenamente de la experiencia e ingenio del sector privado norteamericano”.

Reto aceptado, diría el personaje de Barney Stinson del serial televisivo Cómo conocí a vuestra madre, pero que aquí representa un trago de acíbar que la gusanera variopinta miamense no quiere beber, y presiona en ese sentido a los órganos estaduales y hasta en la propia Casa Blanca.

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