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Mundo que se quiebra

10 de agosto de 2021

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Terremotos donde generalmente nunca los hay, deshielos acelerados de los casquetes polares, lluvias que implantan records por su abundancia catastrófica e incendios ingobernables producto de una sequía cada vez más larga e intensa, quiebran a un mundo ya amenazado por la aún incontenible epidemia de un nuevo coronavirus y que deja en un segundo plano el siempre permanente peligro de una guerra termonuclear.

Todo ello deviene del peligro medioambiental al que el ser humano ha sometido al planeta.

Los registros meteorológicos se salen de control a medida que los incendios forestales, los domos de calor y las inundaciones repentinas causan estragos en todo el mundo.

Científicos dicen que algunos de estos eventos extremos tienen un vínculo comprobado con el cambio climático y existe una creciente preocupación de que sean cada vez más difíciles de predecir.

Decir que una tormenta azotó la ciudad china de Zhengzhou el 19 de julio es quedarse corto. En el transcurso de un solo día cayeron 624 milímetros de lluvia, el equivalente a casi un año entero, provocando la evacuación de 200 000 personas y 33 muertes. Algo similar ha ocurrido en otras partes de China, con tifones cada vez más fuertes que asolan también a Japón y otros lugares del Sudeste Asiático.

Una semana antes, las catastróficas inundaciones en el oeste de Alemania dejaron un rastro de destrucción, con 177 muertos y al menos un centenar de personas desaparecida, mientras las inundaciones en la vecina Bélgica dejaron 37 muertos.

Al igual que China, las dos naciones europeas fueron afectadas por lluvias inusualmente fuertes. Y políticos como la canciller alemana, Angela Merkel, no fueron los únicos en señalar el cambio climático como un contribuyente potencial a estos trágicos eventos.

“Ver el número de muertes en un país avanzado como Alemania me preocupa por lo mal preparada que está la sociedad para hacer frente al calentamiento global”, dice Veerbhadan Ramathan, un renombrado climatólogo indio y profesor en la Universidad de California en San Diego.

 

PORVENIR PEOR

Él cree que los eventos climáticos extremos “empeorarán progresivamente” en los próximos 20 años. “Estos eventos climáticos extremos son ahora tan intensos y frecuentes que no resulta difícil atribuirlos al calentamiento global y cambio climático”, advierte.

En las últimas dos décadas, los científicos han estado estudiando las posibles relaciones entre eventos climáticos extremos y el calentamiento global provocado por la emisión de gases de efecto invernadero.

Si bien existe un consenso entre la comunidad científica de que los fenómenos climáticos extremos pueden tener causas naturales, existe una creciente evidencia de que el cambio climático provocado por la acción humana puede hacer estos sucesos más probables e intensos.

Lo que es seguro es que los récords meteorológicos se han batido constantemente en todo el mundo en lo que va del 2021.

Estados Unidos y Canadá están experimentando meses muy calientes, debido a un domo de calor, una masa de aire caliente ejerciendo presión sobre un área enorme.

Más de 1 200 récords de temperatura fueron batidos en el día y 1 500 por las noches en ciudades de América del Norte de acuerdo con los datos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés).

Mientras, las temperaturas en Canadá rompieron el récord por tres días consecutivos en Lytton, Columbia Británica, la cual alcanzó 49,6ºC antes de que los incendios quemaran la población casi por completo.

Ambas naciones siguen experimentando incendios forestales récord relacionados con la ola de calor y la posterior sequía. California ya ha visto ceca de 5 000 incendios este año, 700 más que en el 2020.

 

EN LUGARES FRÍOS

En otras partes del mundo, Moscú registró en junio último su día más caluroso en 120 años, mientras que los incendios en Siberia (una de las regiones más frías en el mundo) siguieron en curso durante el mes de julio y principios de este agosto para establecer un nuevo récord, ya que la región experimentó su verano más seco en 150 años.

La agencia meteorológica nacional de la India reportó en mayo que la capital, Nueva Delhi, había roto al menos un récord cada mes desde agosto del 2020, incluyendo altas temperaturas y lluvias.

En el 2019, un análisis llevado a cabo por el instituto climático Berkley Earth, con sede en California, encontró que se batieron casi 400 récords de temperaturas altas en 29 países del hemisferio norte entre mayo y agosto de ese año.

El climatólogo e historiador del clima Maximiliano Herrera afirma que en lo que va del 2021 ha habido más de 260 récords de temperaturas altas en 26 países.

“El número de récords es realmente sorprendente, no esperábamos tantos”, dice Geert Jan van Oldenborgh, un investigador climático en el Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos, una de las organizaciones líder mundial que estudian el cambio climático. “El mayor problema, no obstante, es que no lo habíamos visto venir con tanta intensidad”, agregó.

A los científicos les preocupa que los modelos climáticos actuales no sean lo suficientemente potentes para predecir la gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos, luego de haber advertido durante años que un rápido calentamiento del clima traerá peores ráfagas de lluvias y más olas de calor dañinas, de acuerdo con el corresponsal de la BBC para medio ambiente, Roger Harrabin.

Es una advertencia de la que se hizo eco la secretaria ejecutiva de cambio climático de la ONU, la mexicana Patricia Espinosa.

“¿Qué más pueden mostrarnos los números que no podamos ver ya?” preguntó en una reunión de ministros de energía y medio ambiente de las naciones del G20. “¿Qué más pueden decir las estadísticas sobre las inundaciones, los incendios forestales, las sequías, los huracanes y otros eventos mortales?”. Y emplazó:

“Los números y las estadísticas son invaluables. Pero lo que el mundo necesita ahora, más que cualquier otra cosa, es acción climática”.

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