ribbon

Mucho por hacer en Nigeria

11 de marzo de 2019

|

 

Como nunca antes ha despertado expectación el futuro gabinete que acompañará a Muhammadu Buhari en el principio de su segundo mandato presidencial, el cual deberá satisfacer exigencias de las etnias que conforman el conglomerado de Nigeria, que con 200 millones de habitantes es la nación más poblada de África.

Buhari, de 76 años, deberá asumir en mayo venidero, y se debe mantener hasta el 2023, luego que venciera en unas elecciones en las que, sin lugar a dudas, obtuvo una amplia mayoría, principalmente en las zonas más pobladas del norte, que no así en el sur.

Ya había sido presidente en 1983. Entonces obtuvo el poder a través de un golpe de Estado y fue retirado de su cargo de la misma manera dos años después. En el 2015 llegó a la presidencia, tras fracasar en las elecciones del 2003, 2007 y 2011.

Ahora Buhari se enfrenta a una recesión en uno de los mercados más grandes de África. En campaña prometió luchar contra la corrupción y apuesta por mejorar la red de carreteras y el sistema ferroviario nigeriano.

De todas maneras, ha asumido una actitud conciliadora para eliminar las diferencias étnicas, no así con quienes fueron sus principales contendientes a la presidencia, en su inmensa mayoría millonarios que pretenden poner a la estatal industria petrolera, la principal de Nigeria, en manos privadas, sobre todo en las de transnacionales con dominante capital norteamericano.

Buhari no ha tenido muy buenas relaciones con Estados Unidos, a cuyo gobierno acusó no hace mucho de ayudar financieramente al grupo considerado terrorista Boko Haram, que trató inútilmente de impedir los comicios y desató una violencia que produjo casi tres centenares de muertes.

Rectificar errores

Empero, el mandatario electo se propone rectificar anteriores errores y emprender la realización de las promesas incumplidas, algunas de las cuales fueron motivadas por reales razones de salud.

Antes de que se publicaran los resultados, el presidente publicó este mensaje en su cuenta de Twitter: “Ayer visité la sede central de nuestra campaña en Abuja. Me reuní con miembros muy trabajadores de nuestro equipo, muchos de ellos son jóvenes, y me contaron sobre el desempeño de nuestro partido hasta ahora en las elecciones presidenciales. Estoy muy orgulloso de lo que se ha logrado”.

La fuerte propaganda en contra no hizo mella en su popularidad, pero sabe que tiene serios compromisos en mejorar la economía y fortalecer la seguridad frente a los grupos extremistas, así como, reitero, eliminar focos de corrupción. Para ello tendrá que trabajar muy duro y honestamente, con el fin de unir a las diferentes etnias, hacer que los ingresos petroleros lleguen a satisfacer las demandas de la población, abrir nuevas fuentes de empleo y combatir la pobreza que golpea a millones de nigerianos, muchos de los cuales han sido víctimas de frecuentes incendios, en el ansia de obtener un poco de combustible.

Esta grave situación es reconocida por el mandatario, que admite que hay 96 millones de pobres en el país, causantes del aumento de los vicios sociales y delitos: secuestros, prostitución, robos, asesinatos rituales, fraude, daños en los oleoductos y gaseoductos, abuso de drogas, ataques terroristas, corrupción, aumento en el número de niños no escolarizados, decadencia en infraestructuras y servicios sociales, tales como hospitales, carreteras, suministro de agua o de electricidad.

La población más vulnerable a esta pobreza extrema son las mujeres y los jóvenes, especialmente aquellos que viven en zonas rurales, por lo cual Buhari se ha comprometido con todas sus fuerzas a eliminar esa situación en una Nigeria en la que queda mucho por hacer.

Comentarios