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Mucho dinero de por medio

29 de abril de 2015

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Son más de 15 000 millones de dólares los que maneja personalmente el Rey de Tailandia, Bhumibol Ayuldadej, de 86 años, en muy mal estado de salud, quien desde 1946 rige un país que ha tenido cerca de 20 Constituciones en menos de 80 años.
Aunque a veces hemos opinado festinadamente lo contrario –superficialidad nuestra-, lo cierto es que Bhumibol goza de la aceptación popular, sea por tradición o por su forma de ser.
Incluso, líderes de la oposición histórica del país, contrarios a los militares que hoy detentan el poder mediante un golpe de Estado -con la aquiescencia del Rey- mantienen relaciones de respeto con el monarca, independientemente de si en algún momento del quehacer político hayan tenido que utilizar métodos considerados liberalesm un “pecado” en Tailandia.
El asunto toma un cariz especial, cuando la junta militar tailandesa golpista reiteró que habrá elecciones en el último trimestre de este año, y su principal jefe, el general Prayuth Chan-ocha pidió paciencia a la comunidad internacional, mientras reforma el sistema político y convoca a elecciones.
En un mensaje televisado a la nación, Prayuth anunció que para octubre próximo habrá un gobierno interino y que la celebración de los comicios dependerá de cómo progrese su plan para reconciliar a los tailandeses y sacar el país de la crisis política que arrastra desde hace años. Es decir, no hay nada seguro.
Desde que asumió el poder, la junta puso de moda la censura, las detenciones arbitrarias, sin tener que rendir cuentas a nadie; la prohibición de manifestaciones y el toque de queda, bajo el pretexto de separar a los implicados en la crisis y cortar el círculo de violencia.
Con esta misma intención, se han efectuados cambios y nombramientos en la policía y los gobiernos provinciales.
Poniendo los ojos en la gruesa suma de dinero que maneja el monarca, la junta afirmó que ya existen los fondos para el buen funcionamiento de la Administración, y explicó que revisará los proyectos grandes impulsados por el Ejecutivo depuesto, al tiempo que garantizó los compromisos asumidos por Tailandia con el desarrollo de la red ferroviaria.
De hecho, admitió el buen desempeño llevado a cabo por la primera ministra víctima del golpe de Estado, Yingluk Shinawatra, al reconocer la falsedad de las acusaciones de corrupción realizadas por la oposición de derecha.
Tailandia arrastra una grave crisis política desde el golpe militar que derrocó a Thaksin Shinawatra en el 2006, que se ha traducido en multitudinarias manifestaciones contra el gobierno de turno, hasta el 2014.
Shinawatra tuvo que exiliarse para no responder a acusaciones de corrupción, pero ciertas o no, estas no demeritan algo que no ha tenido ningún otro gobernante: pensar en los pobres y ganarse con una política altruista las simpatías de la mayoritaria población rural.
Pero mientras Thaksin gozaba de las simpatías del Rey, posiblemente elucubraciones de entes elitistas y grandes detentadores de fortunas, incluidas las mismas figuras que hoy encabezan las fuerzas armadas, influyeron en el monarca para rec hazar el modo de gobernar de su hermana Yingluk
El aupamiento de las manifestaciones contra Yingluk en Bangkok y autoatentados con granadas culminaron el aspecto dramático de la situación creada por una oposición afín a las clases altas, que tomaron como argumento el intento de la ex premier de aprobar un proyecto de ley de Amnistía que favorecería supuestamente el regreso del autoexiliado Thaksin.
Era un pretexto para el golpe militar “salvador” de la paz, pero que hizo evidente que, como explicamos hace un año en esta página web, detrás de la máscara turística y monárquica que envuelve a Tailandia, nos encontramos una frágil democracia, un sistema donde los militares no se han privado de intervenir y la exclusión de los más desfavorecidos permite el mantenimiento de un status quo alejado de cualquier parámetro medianamente constitucional.
Para comprender como funcionan las cosas en Tailandia, hay que tener en cuenta que la división política va pareja a una creciente división territorial, y ello supondría una amplia explicación de cómo surgió este reino, llamado antes Siam, con una historia sui generis que habrá que abordar en tiempos venideros, teniendo en cuenta el poder que siempre ha ejercido allí el dinero.

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