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Morir soñando…

20 de enero de 2023

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… es mejor, mucho más humano, que como Macron pretende lo hagan los trabajadores franceses, extendiendo la edad de su jubilación para complacer a las elites que controlan y disfrutan sobremanera las riquezas galas y que lo han respaldado en el poder durante estos años.

“Emmanuel Macron quiere que muramos en el puesto”, asegura Hamoudi, un basurero de París, quien gritó “¡No!” a trabajar más años, como desea el presidente francés, cuenta AFP

“Nos levantamos muy temprano. Algunos de mis compañeros se levantan a las tres de la madrugada. Trabajar hasta los 64 años, francamente, es demasiado”, se quejó Hamoudi, de 43 años.

Por lo menos un millón y medio de franceses desafiaron la fría y en ocasiones lluviosa jornada de invierno boreal en toda Francia para protestar en las calles, algunos por primera vez, en una nación en la que ellas son usuales y la mayoría logran resultados favorables, a pesar, incluso, de la represión de la gendarmería.

“Nunca me había manifestado porque no me había sentido realmente afectada. Y ahora, que tengo más de 40 años, lo siento realmente”, confiesa Aurélie David, una cuidadora de niños en Nantes (oeste), de 42 años.

Tendinitis, ciática, problemas de rótula, de rodillas –“porque estamos en cuclillas, en sillas pequeñas y siempre a la altura de los niños” -.  La lista de consecuencias de la dificultad de su trabajo es larga.

Las protestas seguirán produciéndose hasta llegar posiblemente a un paro nacional, porque el mandatario insiste en que seguirá adelante con las reformas de pensiones propuestas.

Las huelgas nacionales afectaron gravemente el transporte, escuelas y otros servicios públicos en toda Francia, y los sindicatos anunciaron más huelgas y protestas para el 31 de enero, con el fin de hacer que el gobierno se retracte.

Macron dijo que no lo hará, porque “debemos hacer esa reforma” para “rescatar” el sistema de pensiones. “Lo haremos con respeto, con espíritu de diálogo, pero también con determinación y responsabilidad”, añadió, al mismo tiempo que la policía antidisturbios obligaba a retroceder por la fuerza a participantes de una marcha en París que se realizaba de manera pacífica.

 

LO QUE SE PRETENDE

Los trabajadores franceses tendrían que trabajar más antes de retirarse, ya que la edad básica para la jubilación subirá de los 62 a los 64 años. En un país con una población envejecida y una creciente esperanza de vida donde todo el mundo recibe una pensión del Estado, el gobierno de Macron afirma que la reforma es la única manera de que el sistema siga siendo solvente.

Los sindicatos alegan que la reforma de las pensiones pone en peligro derechos muy peleados y proponen un impuesto a los ricos o que los empleadores aumenten su contribución en las nóminas para financiar tal sistema, en tanto todos los sondeos confirman que la mayoría de los franceses se opone a lo que quiere imponer Macron.

 

MÁS TESTIMONIOS

La prensa francesa, generalmente menos reaccionaria que la de otros países occidentales, ofreció testimonios de trabajadores que destacaban su sufrimiento y el de sus compañeros en diferentes labores.

Jean Paul Cachina, de 56 años, un trabajador de recursos humanos, se sumó a la marcha en la capital francesa —algo nuevo para él.

“No estoy aquí sólo por mí”, dijo. “Estoy aquí para defender a los jóvenes y trabajadores que realizan trabajos exigentes. Yo trabajo en el sector de la industria de la construcción y soy testigo directo del sufrimiento de los empleados”.

Muchos jóvenes se encontraban entre la multitud de París, coreando “La juventud está protestando. Macron, estás acabado”. Los sindicatos de estudiantes de secundaria habían instado a sus integrantes a unirse a las protestas.

Nathan Arsac, de 19 años, estudiante, dijo: “Tengo miedo de lo que va a pasar después. Podríamos perder muy rápido nuestros logros sociales. Tengo miedo del futuro cuando yo sea mayor y tenga que jubilarme”.

Sylvie Béchard, una enfermera de 59 años, expresó que se sumó a la marcha porque “nosotros, los trabajadores de la salud, estamos agotados físicamente. Lo único que nos queda es manifestarnos y bloquear los abusos”.

Thierry Desassis, profesor retirado, tachó de “aberración” el plan del gobierno.

“Es a los 64 cuando empiezas a tener problemas de salud. Yo tengo 68 y buena salud, pero he empezado a ver médicos más a menudo”, comentó.

Los paros también afectaban a algunos monumentos. El Palacio de Versalles cerró el jueves, mientras que la Torre Eiffel advirtió sobre problemas en el servicio y el Museo del Louvre informó que algunas salas permanecen cerradas.

Philippe Martínez, secretario general del sindicato CGT, instó a Macron a “escuchar a la calle”, y Laurent Berger, líder del sindicato CFDT, catalogó la reforma del gobierno como injusta, y advirtió que “habrá otros días de acciones”. Incluso, los sindicatos policiales que se oponen a la reforma al sistema de pensiones también participaron en las marchas.

Los servicios de tren en Francia fueron cancelados, entre ellos algunas conexiones internacionales, según la autoridad ferroviaria SNCF. Aproximadamente 20% de los vuelos que salían del Aeropuerto de Orly de París se suspendieron y las aerolíneas advirtieron de retrasos.

La mayoría de los partidos de oposición, entre ellos de izquierda y ultraderecha, se oponen rotundamente al plan. La alianza centrista de Macron perdió su mayoría parlamentaria el año pasado, pero aún mantiene el grupo más importante en la Asamblea Nacional, donde tiene muchas posibilidades de aliarse con el partido conservador Los Republicanos para aprobar la reforma de las pensiones.

Los cambios propuestos suponen que las personas que hayan trabajado al menos 43 años tendrán derecho a una pensión completa. Los que no cumplan ese requisito, como muchas mujeres que interrumpieron su carrera para criar a sus hijos o aquellos que estudiaron durante mucho tiempo y empezaron a trabajar más tarde, la edad de jubilación se mantendrá en 67 años.

Pero quienes se oponen a la reforma de Macron afirman que, bajo el sistema francés, las personas de antemano deben trabajar más años en general que en algunos países vecinos para poder recibir una pensión completa.

El intento previo de Macron para aumentar la edad de jubilación generó huelgas masivas en el 2019. Eventualmente, el presidente suspendió sus planes a raíz de la pandemia de coronavirus.

 

ACUSACIÓN

La líder de la extrema derecha Marine Le Pen lanzó un ataque contra Macron, al asegurar que representa a “la oligarquía”.

Macron “carece de la capacidad para tomar decisiones” y no mide las consecuencias humanas de las mismas”, dijo Le Pen al referirse al desempeño de Macron, durante cuatro años, en el banco Rothschild.

Y aunque generalmente no valoramos criterios procedentes de la ultraderecha, el planteamiento de Le Pen no está nada lejos de la realidad.

Macron se presenta como un tipo particular de antisistema, “ni de derechas, ni de izquierdas”, pero basta un estudio de su programa y de sus apoyos basta para deducir que la ‘revolución desde arriba’ que este pretende poner En Marcha –el nombre de su apresurado movimiento político–, representa una trama perfecta al servicio de la oligarquía y de los grupos de mayor poder del Estado francés.

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