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México, ¿otra Venezuela?

12 de junio de 2020

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La historia y la política actual de Washington hacia Venezuela demuestran que si el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, AMLO, como se le conoce popularmente, persiste con su agenda internacional independiente de la Casa Blanca, en algún momento su gobierno podría correr la suerte de la Venezuela bolivariana.

De ahí que no es extraño que, bajo la égida oculta de la injerencia norteamericana, se unan los elementos violentos que campean en muchas partes de México, incluidos los integrantes de los carteles de la droga y los grupos mercenarios al servicio de los millonarios políticos temerosos de la política oficial contra la corrupción.

Empero el peligro que acecha, AMLO ha insistido en que “la violencia no se resuelve con la violencia”, respondiendo a presuntos expertos que le critican por ocuparse principalmente de combatir las causas y no las consecuencias.

Pero, realmente, no hay nada que criticarle, porque ninguno de los regímenes anteriores se ocupó de eliminar el caldo de cultivo de la violencia.

AMLO ha emprendido en el terreno obras para proteger a las mujeres y a las personas de la tercera edad, destacando que lo más importante es la educación de los jóvenes, su protección, y, para ello, tendrá que emular con los zares del narcotráfico, un mal que pulula mucho allí, que no se puede eliminar de la noche a la mañana y ocasiona miles de muertes cada año, con cifras récords y aún in crescendo.

El mandatario ya había advertido que los cambios sustanciales que ha introducido para combatir la violencia no podían tener resultados rápidos, como desea.

Estos son el incremento de las partidas de programas sociales destinados a apoyar a los jóvenes –con 930 000 trabajando como aprendices y 10 millones de becas a estudiantes para desincentivar su incorporación a la delincuencia, y la creación de la Guardia Nacional, con una esmerada preparación de sus integrantes.

Pero el enemigo no quiere esperar, y aprovechará las dificultades económicas y de diversa índole que ha creado esta pandemia con un déficit de 240 000 médicos, para tratar de desbancar al actual gobierno, él único que en decenas de años se ha preocupado por el destino de la inmensa mayoría de la población.

Ahora, con el peligro latente, no ha abandonado sus principales programas sociales y emprendido el desarrollo en numerosos sectores, que incluye la reciente inauguración del Tren Maya, que ayudará a la creación de decenas de miles de puestos de trabajo.

Tiene que enfrentar a un enemigo que, repito, no esperará ver lastrada sus ilegales fuentes de riqueza, que ha corroído la vida política del querido país hermano, donde abundan las localidades en las que desde el primero hasta el último cargo oficial responde a intereses del narcotráfico, a políticos corruptos de alto nivel y a intereses que van desde la compra de armas hasta la especulación, ¡tanto es el daño!

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