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México, lindo, querido y complicado

28 de junio de 2018

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Llega el domingo 1 de julio y con él las tan esperadas y fraccionadas elecciones presidenciales en México.

Se trata de un país quizás de los más completos en componentes históricos, culturales y económicos de nuestro continente, pero la corrupción, el trasiego de drogas, el ajuste de cuentas entre bandas de narcotraficantes y la muerte de miles de personas inocentes lo han llevado a la inestabilidad.

Es el México que tiene petróleo –mucho petróleo– y sin embargo importa mayoritariamente la gasolina de su vecino Estados Unidos, pues cuenta con muy pocos centros de refinación.

Es el gran país que siglos atrás fue despojado de más de la mitad de su territorio, arrebatado por Estados Unidos.

Es, por su extensa frontera con ese vecino del norte, punto de encuentro entre cientos de miles de ciudadanos centroamericanos y de otras regiones que, huyendo al hambre o a las guerras, tratan de emigrar a la rica nación en busca de un nuevo horizonte económico.

En ese camino tortuoso son muchos los que encuentran la muerte, otros la deportación forzada, el encierro en prisión y, como ocurre por estos días, la separación de padres e hijos, una criminal acción condenada por la comunidad internacional, pero que el actual gobierno de Estados Unidos lleva a la práctica.

Lamentable entonces que el proceso electoral actual esté antecedido por la muerte violenta de decenas de candidatos a cargos municipales, estaduales y federales.

En medio de ese presente y futuro incierto, un aspirante, que por tercera vez compite para el cargo de presidente, Andrés Manuel López Obrador, del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que fundó hace cuatro años, ocupa las preferencias en todas las encuestas preelectorales.

Caracterizado por sus denuncias a la corrupción a que han estado vinculados comicios anteriores y su defensa al patrimonio nacional que en no pocos casos ha sido vendido a transnacionales norteamericanas, su vida política se ha ido afianzando por su contacto directo con el pueblo primero en el estado de Tabasco, de donde procede y luego en el Distrito Federal adonde llegó a ser Jefe de Gobierno (Alcalde) entre los años 2000 y 2006.

En su aval político destaca el haber sido presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD) entre 1996 y 1999.

Con posterioridad salió de esa agrupación y fundó el actual Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), convertida desde sus inicios en la segunda fuerza política del país.

En esta ocasión su partido lanzó la candidatura a las presidenciales formando parte de una coalición que López Obrador lidera, que lleva el nombre de “Juntos Haremos Historia” y que integran, además de Morena, los partidos del Trabajo y Encuentro social.

Su extensa biografía resalta que en su vida política militó inicialmente en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la década de los años 80; fue delegado del Instituto Nacional Indigenista, como responsable de atender a la gran variedad de comunidades originarias que conforman México.

Durante los años 90, se destacan sus luchas sociales en Tabasco, donde encabezó decenas de protestas de indígenas chontales por el daño ecológico que provocaban los pozos petroleros a sus comunidades.

También la población mexicana recuerda con orgullo la estancia de López Obrador como alcalde en Ciudad México, donde estableció pensión universal a los ancianos de la capital, así como entrega de material escolar gratuito a estudiantes de la enseñanza básica.

Para los comicios de este 1 de julio las encuestas dan un segundo lugar a Ricardo Anaya, de 39 años de edad, quien contiende por la Coalición “Por México al Frente” , formada por los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC).

En el aval de Anaya resalta la presidencia del PAN en Querétaro; subsecretario de planeación turística durante el gobierno panista de Felipe Calderón y presidente de la Cámara de Diputados en igual período.

Para el experto del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología, Alberto Aziz Nacif, el candidato Anaya “conecta con un grupo muy reducido de la población: clases medias, algunos sectores universitarios, pero no conecta con el gran público, con la ciudadanía, como lo hace Andrés Manuel López Obrador.

En este contexto y con dos candidatos encabezando las encuestas aunque con marcada diferencia entre el primero, López Obrador y el segundo, Ricardo Anaya, llega México a los comicios presidenciales de este domingo.

Se trata del “México lindo y querido”, un país con un complicado y violento escenario que limita su verdadero desarrollo en todas las esferas.

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