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Menos soberanía y más pobreza

8 de junio de 2018

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No hay que ser economista para coincidir con la oposición y los sindicatos argentinos en que el recién Acuerdo Stand-bay de 36 meses y por un valor de 50 mil millones de dólares, entre el gobierno de esa nación y el personal técnico del Fondo Monetario Internacional, solo traerá menos soberanía y más pobreza al país.

El documento, polémico antes de existir como tal, está sujeto a la aprobación del Directorio Ejecutivo del FMI, que “examinará el plan económico de Argentina en los próximos días”, se aclara en un comunicado de la organización internacional.

Tampoco hay que ser adivino para asegurar que solo faltan trámites puramente burocráticos para que la nación sudamericana  nuevamente se acerque al incremento de una crisis de incalculables consecuencias, tal y como sucedió en ocasiones anteriores.

No obstante y quizás para calmar las inquietudes populares, en especial la de los más pobres tanto el FMI como las autoridades gubernamentales argentinas endulzan sus palabras al comentar el acuerdo y aseguran que con ello “pretenden fortalecerla economía en beneficio de todos los argentinos”.

Pero dicen más, ya que ambos “tienen la intención de colaborar para que se tomen las medidas y se activen integralmente los recursos necesarios a fin de proteger a la población más vulnerable a medida que avanzan las reformas económicas”-

Sí, pero no, al mejor estilo cantinflesco. Por una parte se asegura que es para beneficio del pueblo argentino y por otra que se activarán integralmente “los recursos necesarios a fin de proteger a la población más vulnerable a medida que avancen las reformas económicas”.

El gobierno argentino solo tuvo que esperar tres semanas. Ahora quizás unos días más para contar con el ansiado préstamo. Una vez en su poder comenzarán las inevitables reformas económicas que afectará en especial al pueblo.

Los especialistas locales han recordado en estos días de espera lo sucedido en el 2001 ante similar situación y que terminó en una gran convulsión social que obligó al entonces presidente Fernando de la Rúa a dimitir, por lo que coinciden con los críticos de este préstamo que no será nada bueno porque traerá más ajustes económicos para el país.

En fin, lo que auguran será la continuación de los tarifazos, es decir, el aumento de las tarifas de los gastos elementales de una familia, el gas para el hogar, el pasaje del transporte público y otras que han sido repudiadas cada vez con más fuerza por los trabajadores argentinos.

Los que de alguna manera hemos estado al tanto de la historia más reciente de la Argentina aún nos sorprende ver las imágenes de pobreza en esa nación tan rica cuando la crisis anterior, ahora recordada por los especialistas. Niños harapientos y reclamando comida en ollas populares.

¿Será la aprobación de este acuerdo y las medidas que de inmediato se tomarán para ser consecuentes con los prestamistas solo el prólogo de una nueva crisis? De ser así, recordar que la reacción popular provocó, en otro momento, la salida de un Presidente del poder.

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