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Matices de fin de año

28 de diciembre de 2017

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No por ser fin de año, ni por las festividades propias de estos días, las noticias internacionales dejaron de ser contradictorias y hasta lamentables.
Por ejemplo: leer que Guatemala decidió trasladar su embajada en Israel hacia Jerusalén, a la par con la decisión del presidente norteamericano Donald Trump, resulta totalmente criticable, además de cínica por el motivo de la misma: la ayuda financiera de Washington a esa nación centroamericana.
Un gobierno que— como señalara el mandatario boliviano Evo Morales— “venda su dignidad al imperio por no perder las migajas que recibe de Estados Unidos”, es condenable por una comunidad internacional ofendida una vez más por tan humillante decisión.
Desde la propia región latinoamericana —esta vez de Perú—, otra decisión sorprendió, en primer lugar, al pueblo peruano, por la dimensión de la misma.
Resulta que el actual mandatario de la nación andina, Pedro Pablo Kuczynski, indultó al ex presidente Alberto Fujimori, preso y condenado a 15 años por crímenes de lesa humanidad.
Un juego político vejatorio irrumpió en la sociedad peruana cuando el convicto se vio salir del recinto carcelario tras la amnistía con un argumento poco creíble de “carácter humanitario”.
Todo hace indicar que la decisión del actual gobernante fue una estratagema política, a cambio de que el Congreso no aprobara su destitución, luego que se le inculpara de corrupción y se pidiera su salida del poder.
El voto del partido Fuerza Popular, que preside la hija de Fujimori, Keiko inclinó definitivamente la balanza que evitó la destitución de Pedro Pablo Kuczynski y a cambio de ese voto firmó la conmutación de la pena de Alberto Fujimori y su inmediata salida de la prisión.
Otra nación latinoamericana, Honduras, finaliza el presente año en medio de la más alarmante inestabilidad luego de la torcida y no convincente decisión respecto a las más recientes elecciones presidenciales, que bajo la sombra y las denuncias de fraude, dieron como vencedor al actual mandatario, Juan Orlando Hernández.
El excandidato presidencial de la Alianza de Oposición, Salvador Nasralla denunció ser víctima de un “fraude” planeado en el Tribunal Supremo Electoral para favorecer a Juan Orlando Hernández.
En el caso hondureño, las protestas por lo que se considera fraude electoral, ya ha provocado casi una veintena de muertos y otros desaparecidos y el país vive tensiones que para nada auguran un fin de año feliz como se añora en estas fechas.
Por añadidura, vale recordar que también fue el gobierno hondureños uno de los que, como el guatemalteco, votaron en la ONU a favor de la propuesta de Donald Trump, para instalar su embajada ante Israel en la ciudad de Jerusalén, a espaldas de una inmensa mayoría de países de todo el planeta que no acatan la orden de Washington y se pronuncian por una salida negociada donde israelíes y palestinos puedan compartir, los primeros la parte oeste y la palestinos el este de esa ciudad santa.
Son solo tres matices de lo que ocurre en este fin de año en tres países de América Latina conmovidos por la irracionalidad, el mal gobierno y otros males que crecen como hierba mala.

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