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Matanza imperial en Siria

30 de junio de 2015

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A un año de la intervención de la coalición liderada por Estados Unidos para presuntamente combatir al Estado Islámico (EI), este consolida pociones en un virtualmente fragmentado Iraq y extiende su dominio en el norte y este de Siria, donde la única fuerza consecuente que le enfrenta es el Ejército que apoya al gobierno de Damasco.
La crisis humanitaria alcanza ya a diez millones de sirios, más de la mirad de ellos en naciones aledañas y algunos otros que pudieron escapar a países europeos.
Siria fue empujada a una guerra civil que devino en invasión mercenaria contra el pueblo de la nación árabe. Más de cinco años dura ya lo que empezó como una protesta política, se transformó pronto en guerrilla y se ha convertido finalmente en una guerra abierta protagonizada por una serie de ejércitos irregulares teledirigidos por Occidente, pagados por Arabia Saudita y Qatar, en cuyas filas se alistan miles de soldados de la fortuna de 83 países, todo un caldo de cultivo para el crecimiento del EI.
Su origen en sí provino de la aparente disensión del grupo Al Daesh de un proyecto diseñado por Estados Unidos para once organizaciones opositoras a Damasco, con el fin de crear un califato que usurpa riquezas y aumenta recursos económicos “misteriosamente” intocables.
SIEMPRE EL SIONISMO
La matanza de inocentes no se detiene, la destrucción de instalaciones vitales para la población prosigue de modo inmisericorde y los atentados criminales se extienden, mientras van asolando ciudades y pueblos en un diseño estratégico cuyo objetivo último no sería otro que la instalación de un gobierno títere, peón de la OTAN en la región.
El periodista norteamericano Richard Walker señaló al efecto que la noticia de que armas israelíes están en manos de grupos de la oposición siria no debería ser una sorpresa para cualquiera que esté familiarizado con los sucesos del Medio Oriente.
Durante décadas, Israel no solo ha interferido abiertamente en los asuntos de sus vecinos, sino que ha provocado guerras encubiertas en el Líbano, Siria, Iraq e Irán, por nombrar sólo unos pocos países. Ha asesinado a científicos nucleares iraníes y ha sido un suministrador regular de grupos terroristas, cuando quiere desestabilizar a determinados países.
Este terror ciego se multiplica, demostrativo de la incapacidad hasta ahora de ocupar el territorio defendido por el ejército y fuerzas de seguridad sirias,
Y aunque, subrayo, el proyecto del EI difiere del original establecido por Estados Unidos, el objetivo imperial, con o sin la anuencia de Obama, se cumple con la invasión a la pequeña nación con un gbierno que no le agrada, tal como hizo con Afganistán e Iraq,  aunque en el caso para fragmentar Libia utilizó el descarado y sumiso apoyo militar de sus principales socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, así como de la inoperancia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

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