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Más trapos sucios de Trump

29 de septiembre de 2020

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No declarar impuesto o no pagar impuestos, cualquiera de los dos son delitos penados en cualquier sociedad. En este caso, Estados Unidos no es la excepción, aunque el presidente Donald Trump haya incurrido por años en ambas infracciones y ahora, desafiante, donde dijo digo, dice Diego…

Fue el diario estadounidense The New York Times, el que, luego de varios años de investigación, ha obtenido información fiscal sobre el mandatario, donde se revela que durante más de dos décadas, incurrió en irregularidades relacionadas con sus ganancias y sus aportes al fisco.

Señala la publicación que «los datos fiscales examinados por el Times proporcionan una guía de revelaciones, desde las condonaciones por el costo de un abogado defensor penalista y una mansión utilizada como un retiro familiar, hasta la contabilidad completa de los millones de dólares que el presidente recibió del concurso Miss Universo 2013».

La descripción irrumpe en el año 2015, cuando Trump en su desesperada apuesta por llegar a la presidencia de Estados Unidos, recorrió el país con aquella máxima de que «podía ser presidente porque era rico».

Contrariamente a ello, sus contadores en Nueva York, ocupados en la declaración final de impuestos del mandatario, al llegar, luego de tributar todas las pérdidas y ganancias en las distintas propiedades de Trump, donde debían escribir el ingreso sobre la renta total, que tenía que pagar, solo pusieron un Cero…

Contradictoriamente, los ingresos netos de Trump dieron un total de 427,4 millones de dólares en 2018, pero no pagó impuestos.

Ahora el Times saca a la luz que el mandatario solo tributó 750 dólares en impuestos federales en el año que ganó la presidencia e igual cifra en su primer año ocupando la silla presidencial en la Casa Blanca.

Otro evidente fraude es el hecho descrito por la investigación del citado diario, de que no pagó impuesto sobre la renta en 10 de los 15 años anteriores, en gran parte porque reportó haber perdido mucho más dinero del que ganó.

Otro lodo en el pantano, ahora sacado a la luz por The New York Times refiere que con el telón de fondo de lo descrito, los registros van mucho más allá para revelar los conflictos de interés reales y potenciales creados por la negativa de Trump de despojarse de sus intereses comerciales al estar en la Casa Blanca.

Y lo más oscuro aún: «Sus propiedades se han convertido en bazares para recaudar dinero directamente de grupos de cabildeo, funcionarios extranjeros y otras personas que buscan un trato directo, acceso o favor; los registros ponen por primera vez cifras precisas en dólares a dichas transacciones».

Y resume la investigación del diario estadounidense: «Trump tiene un historial de no pagar a sus acreedores. Pero las declaraciones de impuestos revelan que ha dejado de pagar más dinero del que hasta ahora se sabía: un total de 287 millones de dólares desde 2010».

Estos nuevos trapos sucios de Donald Trump se sacan al aire cuando apenas falta un mes para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, para las que el mandatario se considera «seguro vencedor».

No por gusto finalizó su discurso virtual ante la ONU anunciando (o advirtiendo) al mundo que «el próximo año nos encontraremos aquí».

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