ribbon

Marito y la mala “juntera”

5 de febrero de 2021

|

 

Desde la adolescencia era “fans” del dictador paraguayo Alfredo Stroessner y más tarde hincha del genocida chileno Augusto Pinochet, tal como su cúmbila y colega más avezado Sebastián Piñera. En la actualidad, a pesar del descalabro de su admirado Donald Trump, siente nostalgia por un eventual regreso de éste a la presidencia norteamericana, mientras mantiene su contacto con otro personaje a quien siempre ha apoyado irrestrictamente, a pesar de sus yerros: Jair Bolsonaro.

Peores no han podido ser los elementos gobernantes que les son más afines, pero eso es lo que ha caracterizado a Mario Abdo Ramírez, Marito, para sus íntimos, quien desgobierna Paraguay en contra de su pueblo y a favor de transnacionales, latifundistas y ladrones del erario público.

Su accionar puede ser comprendido, al no mencionar ni pronunciarse nunca sobre el reciente robo de uno de sus minstros, quien aceptó “graciosamente”, que el fantoche mandatario impuesto por Trump, Juan Guaidó, eximiera a su gobierno de pagarle unos cien millones de dólares que le debe al Estado venezolano.

Se estima que los autores de la componenda recibieran el triple de esa suma, lo cual revela la calaña del régimen que ocupa el poder en Paraguay.

Todavía está reciente la firma del acta bilateral entre Brasil y Paraguay sobre la compra de potencia de Itaipú Binacional, demostrativo de la política entreguista de Marito.

El acuerdo, que fue firmado bajo un fuerte hermetismo gubernamental, salió a la luz por equivocación y problemas internos en el gobierno, lo que le ha costado un fuerte cuestionamiento por la ciudadanía en general, pero Marito se mantiene firme en su inconsecuencia.

La represa de Itaipú y energía eléctrica es un tema sensible para Paraguay, y con el pasar de los años se ha ido madurando una idea de soberanía energética, constantemente acechada por Brasil, con un historial de robo en la construcción de la hidroeléctrica en la que Paraguay ha “cedido” siempre, realidad que despierta la indignación de la sociedad paraguaya.

Pero esto no debe extrañar en un presidente que siempre se ha juntado con lo peor y que tuvo a Trump y Bolsonaro como sus más recientes mentores, al tiempo que su Partido Colorado, el de las eternas malas gobernanzas, esgrime hipócritamente el lema de “Dios, familia y país”, y trata de no salir del papel de “su seguro servidor” para complacer tanto al imperialismo norteamericano como al régimen brasileño.

En este contexto, el colega portal Cubasi recordaba como el presidente paraguayo había sido felicitado por Trump por la posición en el caso de Venezuela, su intensa participación en el Grupo pro neoliberal de Lima, todo su esmero para recibir delegaciones de altos funcionarios del Fondo Monetario Internacional, el Comando Sur y otros importantes emisarios estadounidenses, como Kimberly Bremer y Mike Pompeo, integrándose así a los gobiernos conservadores y violentos del continente.

Comentarios