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Malos augurios en la recta final

22 de octubre de 2020

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Los augurios para Donald Trump, a solo once días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, no son nada favorables para un personaje que ha hecho de su ego, la bandera de su campaña política.

Salga vencedor o derrotado el próximo 3 de noviembre, lo real es que en esta, por estos días el presidente y aspirante a reelegirse, aparece públicamente con un alto grado de desespero y frustración.

Hay mensajes suyos que así lo evidencian. Con respecto a la Covid-19 dijo: «Si yo hubiera escuchado totalmente a los científicos, ahora mismo tendríamos el país en una depresión tremenda, pero en cambio, vamos como un cohete. Mirad los números».

En este punto hago una parada en el comentario para actualizar a los lectores respecto a «los números» del mandatario. En Estados Unidos los contagiados con el coronavirus ya superan los 8156970 casos y de ellos, han fallecido 219 681. Con esos dos indicadores negativos ocupa el fatídico primer lugar en el mundo.

Y si lo del «cohete» del que habla el presidente tiene que ver con la economía, digamos que, está en franca recesión. Según reporte de CNN, «la economía de Estados Unidos cayó un 32,9% en el segundo trimestre del año». Entre tanto, la tasa de desempleo en febrero, del 3,5%, había sido la más baja en 50 años, sin embargo, la Covid-19 la disparó al 14,7% en abril (el peor registro desde la Gran Depresión) y al 13,3% en mayo.

¿Es que el «cohete» del mandatario ha sufrido un gran desperfecto, quizás imposible de reparar?

Pero, sigamos el trayecto de cómo ocurre esta penúltima semana de Trump empeñado en reelegirse.

En un mitin electoral en Nevada, al hablar sobre su rival, se expresó con la más incoherente y «extraña frase» de: «Si votáis a Biden, se llevará vuestros trabajos a China. Entregará vuestro futuro al virus. Él va a cerrar el país, quiere encerrarnos a todos». Además, calificó de «gente estúpida» a quienes no coinciden con su manera de «conducir» los destinos del país.

Amerita, quizás, que esta frase sea objeto de estudio por psiquiatras y psicólogos, para hacer comprender el grado de desequilibrio mental de quien hoy ocupa —y quiere seguir ocupando— la silla en la Casa Blanca.

Este último lunes, arremetió contra Anthony Fauci, quien es considerado uno de los más competentes científicos de Estados Unidos. «La gente dice: Ya está. Déjennos en paz. Está cansada. La gente está cansada de escuchar a Fauci y a todos estos idiotas…», aseguró Trump.

En declaraciones desde su hotel insignia en Las Vegas antes de partir a dos mítines en Arizona, expresó su frustración con Fauci en una conversación destinada a animar a su equipo de campaña, a los que trató de asegurar que todavía puede ganar las elecciones a pesar de las cifras que muestran las encuestas, según reporte de la agencia Reuters.

También, algo desesperado, le fue «arriba» a los que llamó «críticos estúpidos», personas de su propio partido y llamó a la unidad tras haber visto crecer entre los republicanos los temores y las advertencias de que pueden enfrentar «un baño de sangre» en las elecciones del 3 de noviembre, refleja un despacho de AFP.

Pero igualmente tuvo tiempo para hablar del senador republicano Ben Sasse, de Nebraska, quien dijo recientemente que Trump «lame el trasero de los dictadores», «maltrata a las mujeres y usa la Casa Blanca como negocio».

Todo hace indicar un final de campaña con malos augurios para quien se siente seguro de continuar ocupando la silla presidencial en el Casa Blanca.

Esperemos unos días para saber la verdad de lo que pueda suceder en el país norteño.

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