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Macri aún quiere reelegirse

7 de diciembre de 2018

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El presidente Mauricio Macri ha sorprendido por haber mantenido su decisión de querer aspirar a un nuevo mandato, luego de tres años de haber implementado políticas neoliberales que ha llevado a la incertidumbre a la mayoría de los argentinos, incluso a aquellos que tienen posiciones de privilegio en la cadena productiva del país.

Macri ha instituido el hambre y la pobreza en la capa baja de la población y golpea a la media, apostando al capital especulativo y escudándose en un préstamo de 50 000 millones del Fondo Monetario Internacional que endeudará aún más a una nación que enseñoreaba en Latinoamérica por su poder económico en anteriores gobiernos del peronismo kirchnerista.

Ello ha convertido a Argentina en el primer país latinoamericano y segundo a nivel mundial con el mayor número de protestas por el descontento a las políticas implementadas en el país, que han  hecho descender la actividad económica.

Estas marchas -reprimidas frecuentemente por las “fuerzas del orden” -son cada vez más concurridas por todos los sectores que integran la sociedad, cada uno exigiendo en su medida que se cubran las carencias que se han abierto como brechas tras los ajustes del gobierno.

El peso argentino presenta una depreciación acumulada cercana al 100% en una caída que pareciera no encontrar fondo, coadyuvando a un pozo de desigualdades, similar al de los gobiernos neoliberales de Carlos Menem y Fernando de la Rúa, que, como el actual, obedecieron a parámetros dictados por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Argentina se ve inmersa hoy en una de sus peores crisis económicas de la historia, todo una pesadilla económica para sus habitantes, apunta el colega bonaerense Orlando Rangel Yustiz, quien desmiente a Macri, cuando asegura que sus antecesores Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, dejaron al país en mal estado.

“Los hechos dicen otra cosa, pues a la crisis que originó el fenómeno recordado como «el corralito», le siguió la llegada del «kirchnerismo», y con ella se produjo en Argentina un período de relativa estabilidad económica y social. O sea, Macri recibió una economía con el motor alineado y en poco tiempo lo ha fundido irremediablemente”, acotó.

Argentina antes de Macri parecía transitar nuevamente por el camino de la productividad, la baja de los indicadores de pobreza y desigualdad y la mejora de la democratización en el acceso a la educación. El país se convirtió en el mayor centro de recepción de migrantes suramericanos, asiáticos y europeos, el cual, producto de la revitalizada situación, comenzó a ser  conocido como “el granero del mundo”.

Pero esa Argentina ya no existe, porque la crisis desatada por Macri ha acelerado la inflación, que supera el 30% anual, y nutre a las marchas de protesta en reclamo de incrementos salariales, protección a los jubilados y pensionados, respeto a los puestos de trabajos, control de los precios de los alimentos, ropa, calzados, alquileres y viviendas, así como también el freno a la ola de despidos que ha promovido el propio gobierno en sus instituciones, igual camino que las políticas macristas fomentan en el sector privado.

A ello se suma que, sintiéndose respaldado por las fuerzas que controlan realmente el país, ya mueve a sectores de la “justicia” para que santifique algunas que otras represiones a los pueblos originarios, así como en la invención de todo tipo de mentiras para encarcelar a su principal rival político, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien está primera en las encuestas para las próximas elecciones.

Así y con todo lo que hemos sucintamente expuesto, Macri quiere aún reelegirse.

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