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Lula: un regreso con grandes esperanzas

4 de enero de 2023

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Tajante y transparente fue el discurso del nuevo presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, al ser investido este domingo al frente de los destinos de la gran nación sudamericana.

De sus palabras fue descriptivo en cuanto al país que recibe: «Es necesario que las personas sepan cómo encontramos a este país. Vaciaron los recursos de la salud, desmantelaron la educación y la cultura. Destruyeron el medio ambiente».

«No dejaron recursos. Desorganizaron la gobernabilidad de la economía, del financiamiento público, el apoyo a las empresas y emprendedores. Dilapidaron a las empresas estatales y bancos públicos. Entregaron el patrimonio nacional. Dejaron un desastre presupuestario», enfatizó.

Reconoció Lula que «si i estamos aquí hoy es gracias a la conciencia política de la sociedad brasileña. Fue la democracia la gran victoriosa en esta elección, frente a las amenazas más violentas al pueblo y las manipulaciones para ir en contra del electorado brasileño. Hoy terminó el proceso de destrucción nacional».

Sin lugar a dudas, ahora Brasil recibe a Lula en su tercer mandato en circunstancias muy complicadas, fundamentalmente por la herencia de los últimos cuatro años de Jair Bolsonaro al frente del país, del que abolió programas sociales, eliminó los servicios médicos ejercidos por galenos cubanos que llegaban a los lugares más intrincados, ignoró los embates de la pandemia de la Covid- 19, enfermedad que causó más de 36 millones 92 845 casos confirmados y 692 652 fallecidos, entre otros muchos despropósitos. También fomentó el fundamentalismo al estilo de su émulo estadounidense Donald Trump.

El ahora presidente, calificó el momento de su nuevo mandato como «… una situación de penurias», que atribuyó a la «tempestad del fascismo» desatada por el gobierno de Jair Bolsonaro.

El propio mandatario se ha referido por estos días a lo que llamó «enormes retrocesos» y «serios problemas presupuestarios» en la educación y la cultura, un total de 14 000 obras paralizadas y la construcción de vivienda sin cumplimiento alguno.

También ha cuestionado la gestión medioambiental, uno de los puntos más críticos y abandonados por la administración de Bolsonaro, y puso el ejemplo de que en los cuatro años del mandato ultraderechista la deforestación amazónica supero el 59%.

Sin embargo, Lula expresó seguridad en avanzar en la reconstrucción de un país devastado.

Al respecto anunció que «los bancos públicos y las empresas como Petrobras tendrán un papel fundamental en nuestro nuevo ciclo. Vamos a impulsar a las pequeñas y medianas empresas. La rueda de la economía volverá a girar, y el consumo popular tendrá un papel central en este proceso. Vamos a acabar una vez más con las filas del seguro social, otra injusticia establecida en este periodo de destrucción».

Y de manera enfática aseguró: «No sería justo ni correcto pedir paciencia para quien tiene hambre. Ninguna nación se levantó sobre la miseria de su puebloVenimos a sacar del hambre a 33 millones de personas y a seis millones de personas de la pobreza».

Y culminó: «Revocaremos los decretos de acceso a armas y municiones que tanta inseguridad y mal causaron a las familias brasileñas».

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