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Los tiempos cambian

22 de noviembre de 2016

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Tibia aún la realización del Foro de Cooperación Económica del Asia-Pacífico (APEC) en Perú los dividendos del cónclave son precarios, porque aún prevalece la crisis de sus tres pilares fundamentales: la liberalización del comercio, la facilitación de los negocios de comercio e inversiones, y la cooperación económica y técnica.

Por allí estuvo el presidente norteamericano, Barack Obama, afirmando que el próximo gobierno estadounidense mantendrá la actual política de su país hacia América Latina, lo cual significa más neoliberalismo que nunca, mientras la República Popular China restó importancia a la posible disminución de su crecimiento económico a 6,5% –todavía alto–, por tener una amplia población que se beneficia constantemente del buen nivel de calidad de vida que va logrando su política de reforma y apertura.

En un foro tan diverso, Estados Unidos no pudo robar protagonismo, pese a mantenerse como la principal potencia económica del planeta, debido a su bamboleante dólar y la crisis interna que mantiene alto el desempleo, y la cada vez mayor dependencia de una industria bélica que nada bueno augura.

Tal protagonismo no lo ha podido poner en práctica ni cuando logró reunir a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en California.

En aquella ocasión, Estados Unidos y la ASEAN indicaron que reconocen “la importancia de buscar la prosperidad compartida; el crecimiento y desarrollo sostenibles e incluyentes, y el respeto y apoyo a la centralidad de la ASEAN y a los mecanismos encabezados por la ASEAN en la arquitectura en evolución de Asia Pacífico”.

Pero, a lo largo del cónclave, EE.UU. intentó aprovechar diferencias que algunas naciones mantienen con China en relación a los límites en el Mar del Sur de la China, lo cual no prosperó.

En una conferencia de prensa después del encuentro, el Presidente estadounidense trató de exagerar las diferencias entre países de la región, incluida China. No obstante, tal situación no fue mencionada en la declaración conjunta, un claro indicio de quela ASEAN se rehusó a permitir que el encuentro fuera secuestrado por Estados Unidos.

Durante mucho tiempo el organismo ha asumido un enfoque basado en el consenso para hacer frente a los conflictos, lo cual ha dado buenos resultados, con lo cual demostró que nadie, dentro y fuera de la Asociación puede imponer su propia agenda.

Ello ha hecho que la ASEAN se fortalezca cada vez y se gane el respeto, porque busca una prosperidad compartida, sin importar la orientación ideológica o sistema de sus respectivos gobiernos.

Con respecto a la seguridad marítima, no comparte las opiniones de Estados Unidos de cómo abordar las disputas.

El primer ministro singapurense, Lee Hsien Loong, subrayó que los asuntos “deben ser abordados pacíficamente para preservar la estabilidad y seguridad regionales”, y su par tailandés, Prayut Chan-o-cha, expresó su convicción de que la Declaración sobre la Conducta de las Partes en el Mar Meridional de China “es un mecanismo útil para lograr la confianza entre las partes involucradas y lograr soluciones pacíficas a las disputas”.

Estados Unidos ha estado destinando recursos militares a Asia Pacífico y buscando acuerdos comerciales controvertidos para reforzar su pivote asiático. También ha estado impulsando a los países de la región, ofreciéndoles cierta asistencia.

Esas acciones, bajo el pretexto de la libertad de navegación, sólo han avivado las llamas de la tensión en Asia. Pero, sobretodo, Estados Unidos no muestra el debido respeto al principio de centralidad de la ASEAN, que es muy apreciado, y su enfoque conlleva el riesgo de dividir al grupo y de poner en peligro la cooperación regional.

Por fortuna, la entidad no ha permitido ser secuestrada. El bloque ha aprendido desde hace tiempo que es importante abordar las diferencias y buscar un terreno común. El ejemplo más reciente y notable es Filipinas, cuyo presidente, Rodrigo Duterte, anunció laseparación militar y económica de su país con Estados Unidos. Ya había anticipado en una visita a Vietnam –al que llamó pueblo heroico en la lucha contra la agresión y ocupación extranjera– que Filipinas no participará más en las maniobras bélicas y en el patrullaje en el Mar del Sur de China. Días antes envió una delegación de visita a Cuba, la primera que salió al exterior después de llegar al poder

Y es que los tiempos cambian, aunque le disguste al Imperio.

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