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Los primeros pasos

23 de septiembre de 2016

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El Diamante dejó de ser un lugar desconocido en los Llanos de Yari, una remota región en los confines de la Amazonía colombiana, lugar escogido por la dirección de la Fuerzas Armadas revolucionaria de Colombia. Ejército del Pueblo (FARC-EP) para celebrar la Décima Conferencia Nacional Guerrillera de esa organización y en la que participaron decenas de delegados e invitados y donde en su discurso inaugural Timoleón Jiménez, jefe máximo de las FARC-EP, agradeció la ayuda de los países garantes, Cuba y Noruega, y a todos los que han apoyado el proceso, para concluir sus palabras precisando a los presentes; “En sus manos se encuentra el futuro de Colombia “ .
Comenzaría así una semana de discusiones donde se aprobó el Acuerdo de Paz y definiría sobre el paso a la vida civil de todos los frentes de la FARC-EP en un momento donde el país amanece cada mañana con dos posiciones encontradas y publicitadas por todos los medios de comunicación, los que están a favor de un país sin confrontaciones bélicas o aquellos que arremeten contra los acuerdos alcanzados en la capital cubana. Como señalara uno de los enviados especiales de la prensa cubana, “los enemigos de la paz no son tantos como poderosos”.
Horas antes del inicio de tan importante Conferencia y en encuentro con la prensa acreditada, Jorge Torres Victoria, comandante “Pablo Catatumbo”, precisaba que se notaba apoyo unánime al acuerdo y que en las primera horas del evento, representantes de 44 unidades y bloques de la guerrilla habían planteado diferentes inquietudes, como “qué pasaría con las bandas criminales herederas del paramilitarismo o si el Gobierno irá a cumplir su parte del Acuerdo”. El jefe guerrillero, miembro del Secretariado de las FARC-EPÑ, explicó que los combatientes también tenían dudas “acerca de cómo va a ser su reintegración en la vida económica colombiana y si los presos de las FARC iban a salir de las cárceles”,
Timoleón señaló que los acuerdos del evento deben darse bajo los acuerdos alcanzado en La Habana por parte de las delegaciones del gobierno y la guerrilla, recordando que era primordial conformar en primer lugar los acuerdos y producir el tránsito hacia un movimiento político en el país, precisando en sus palabras, que “especial homenaje tendremos que rendir a la memoria y abnegación de este titán de los pueblos de nuestra América, el presidente eterno, Hugo Chávez Frías, sin cuyo apoyo nada de lo alcanzado hubiera sido posible”. Finalmente dijo ante los reunidos que “esperamos que esta conferencia se desarrolle bajo los lineamientos que desde más de 50 años hemos defendido.”
Como se conoce, el Acuerdo de paz alcanzado con el Gobierno fue rubricado el pasado 24 de agosto y será firmado en un acto solemne el 26 de septiembre en Cartagena de Indias por el presidente Juan Manuel Santos y Timoleón Jiménez. Finalmente será sometido a una consulta popular en un plebiscito a celebrarse el 2 de octubre. Según un despacho de la agencia ANSA fechado en Roma el secretario de Estado vaticano, cardenal Pietro Parolin, estará presente en la firma del Acuerdo final, lo que fue confirmado por el vocero del Vaticano, Grez Burke.
Con el fin de la batalla de las armas, comienza una más compleja, que en cierta medida llenó de incertidumbre la politica colombiana y es que como figura protagónica a favor del NO se encuentra desde mucho antes de la firma del Acuerdo, el ex presidente Alvaro Uribe, que mantiene una intensa y costosa campaña en tal sentido. Según la prensa local existe igualdad de partidarios que apoyan los acuerdos y de quienes los rechazan. La Corte Constitucional determinó que solo se podrá votar Si o No, por lo que los votos en blanco no contarán. De triunfar el Sí el Gobierno podrá tramitar entonces las normas necesarias para implementar los puntos del Acuerdo. De imponerse el No, las consecuencias son inesperadas, según los expertos.
El verdadero protagonista de la aceptación o no del Acuerdo firmado por las partes después de más de medio siglo de guerra, será el pueblo colombiano, apabullado por la propaganda que lo invita al No, aunque es de esperar que los deseos de paz verdadera y el fin de una larga lucha armada que llenó de luto los hogares de esa nación se impongan y finalmente comience el proceso que culmine en la tan ansiada paz.

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