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Los niños de la guerra

6 de agosto de 2019

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Virginia Gamba, representante especial de la ONU para niños y conflictos armados, resaltó a fines de julio que en general “se verificaron más de 24 mil violaciones el pasado año en 20 situaciones de conflictos armados. La mayor parte de ellas disminuyeron o se mantuvieron estables, aunque las referidas a la violencia y abusos sexuales aumentaron”.
Más de 2 mil niños fueron asesinados o mutilados el último año en medio de conflictos armados. Criaturas que debieron “jugar” a la guerra obligados o que sencillamente fueron víctimas de acciones militares. Alertó que esas cifras podían resultar conservadoras, pues solo incluyen los casos verificados por su oficina.
No se trata de movimientos de liberación o guerras en defensa de la soberanía nacional de un país en el que pueden y han participado niños y niñas. No, la situación es dramática porque grupos armados, terroristas o narcotraficantes, reclutan a los menores a integrar sus filas como soldados para que defiendan sus intereses.
El drama de los niños soldados es especialmente grave en Nigeria y Somalia. En este último país, el grupo terrorista Al Shabab reclutó el año pasado cerca de 2 mil niños, algunos con solo ocho años de edad.
“Esto resulta una gran decepción y es muy triste luego de mantener un trabajo de más de 10 años para aumentar la protección a los niños”, recalcó.
De acuerdo con el informe de 2018 de Antonio Guterres, Secretario General de Naciones Unidas, sobre niños y conflictos armados el reclutamiento y el uso de menores sigue sin cesar con más de siete mil menores involucrados en combates de primera línea.
Los incidentes de violencia sexual contra niños y niñas continúan siendo muy frecuentes en todas las situaciones deconflicto, pero la violación sigue sin denunciarse debido a la falta de acceso, el estigma y el temor a represalias.
Los niños son ajenos a las guerras y, sin embargo, siguen siendo sus primeras víctimas. La ONU alerta que la destrucción de escuelas, que también aumenta, se ha convertido en una nueva estrategia de guerra que busca reducir las opciones de los menores.
Una información procedente de Chad narra las vivencias de un menor. “Hombres armados llegaron a nuestra escuela. Nos golpearon y dijeron que debíamos seguirlos para que así nuestras familias pudieran estar protegidas”.
Comenzó entonces una historia de tres años cargada de violencia y vivencias nada agradable. A partir de ese momento su infancia fue robada, ya no era un niño, sino simplemente un instrumento de guerra.
El Secretario General de la ONU ha reiterado que la mejor forma de proteger a los niños es la paz y pidió a todas las partes y a los mediadores que trabajen “en favor de acuerdos políticos que resuelvan los conflictos existentes”.

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