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Los hermanos musulmanes

14 de agosto de 2013

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En los últimos tiempos y como nunca antes se habla de los Hermanos Musulmanes y de su presencia en los diferentes países de religión islámica -árabes o no-, donde esa asociación ha desarrollado sus actividades a partir del año 1928, según se recuerda, cuando fue fundada por el egipcio Hassan al Bauna y se extendió no solo a Egipto sino también por Siria, Libia, Túnez, Yemen e incluso Turquía y tierras palestinas.

Con características cívico-religiosas, de fuerte base islámica sunni, han tenido un tránsito irregular en los distintos países que les han servido de sedes así como en cuanto a las relaciones mutuas entre las diferentes agrupaciones locales que los componen, aunque se consideró siempre a los Hermanos Musulmanes egipcios como los de mayor peso e influencia.

Han permanecido indistintamente en la legalidad o en la clandestinidad, según el país y el momento que en cada uno le haya tocado vivir y aunque no se les reconoce una orientación social precisa, lo cierto es que internamente establecen sistemas de hospitales y escuelas así como otras instituciones de ayuda mutua que caracterizan su labor y contribuyen a la cohesión dentro de sus filas.

Su composición, por tanto, es heterogénea desde el punto de vista de las clases sociales que los integran, aunque no pudiera negarse que numéricamente cuentan con un nutrido componente entre los sectores más desposeídos y de fuerte convicción religiosa islámica.

Esa propia composición diversa y la carencia de un mando único o más o menos centralizado es causa de dificultades y contradicciones que en ocasiones se reflejan en las distintas posiciones que pueden asumir sus organizaciones respecto a una cuestión específica, pues tampoco son ajenos a los acuerdos o discrepancias internas que sacuden a la región del Medio Oriente.

No obstante, hay invariablemente un denominador común que los orienta, como pudo comprobarse en Egipto bajo la presidencia del hoy derrocado Mohamad Mursi, cuando este rompió todas las relaciones con Siria y se proclamó adversario de Bachar Al Asad. En este caso, debe tenerse en cuenta que los Hermanos Musulmanes de Siria son activos enemigos del gobierno sirio actual, forman parte de los grupos de oposición y su líder, Mohamed Riad Shafka, dirige desde Turquía esas actividades antigubernamentales.

En estos momentos y en diversa medida, los Hermanos Musulmanes de Libia y Túnez forman parte de los respectivos gobiernos establecidos y en ambos casos tratan de convivir con otros factores políticos, en medio de las situaciones difíciles e inestables que persisten en esos países tras los sucesos de la llamada Primavera Árabe.

La prueba de fuerza que tiene lugar en Egipto en estos momentos entre los Hermanos Musulmanes y las fuerzas políticas que, apoyadas por el Ejército, ascendieron al poder, pudiera ser decisiva para esta asociación cívico-religiosa y para su futuro no solo en el país egipcio, que ha sido su bastión fundamental, sino en otros países islámicos donde está establecida.

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